Poco más de un año después del surgimiento de los smartwatches los relojes inteligentes asociados a los teléfonos de las últimas generaciones, la venta de esta clase de relojes ha superado la de los clásicos relojes suizos. Según la consultora Strategy Analytics, en el último trimestre de 2015 se vendieron 8,1 millones de relojes electrónicos informatizados más del 63% fueron de Apple y sólo 7,9 millones de relojes mecánicos. El crecimiento de los primeros fue del 300% con respecto al trimestre anterior, mientras la caída de los segundos fue del 5%. En la actualidad, la alta relojería suiza representa apenas el 1% de la producción mundial de relojes, pero ello equivale a casi la mitad de su valor.
Como ha sucedido en otros muchos sectores, el futuro es incierto. Las nuevas tecnologías han arrumbado las viejas máquinas mecánicas de escribir, los medios escritos en papel sufren y deben realizar difíciles adaptaciones ante la llegada de la prensa digital, el mundo analógico está pereciendo ante la llegada de la revolución digital? Ahora les toca el turno a los relojes, que experimentarán cambios singulares: según los expertos, los fabricantes de relojes de menos de 900 euros tienen mucho que temer; en cambio, los productores de relojes de alto precio, como Rolex o Patek Philippe, no están en absoluto preocupados; antes al contrario, ven con buenos ojos que los jóvenes vuelvan a llevar reloj, aunque no sea de los suyos. Habrá que seguir con atención los acontecimientos a ver quién sobrevive y quién no a esta mudanza, en un mundo cada vez más veloz en sus cambios. Nunca fue más verdad que el mañana no está escrito.
