Diario de Mallorca

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No sé será una leyenda urbana pero en la época franquista se contaba la historia del encuentro que tuvieron el general Franco y Adolf Hitler en Hendaya cuando durante la II Guerra Mundial los alemanes ocuparon Francia. Se dice que el Führer le pidió al caudillo que España entrase en la guerra como socio del bando de las potencias del Eje, de los nazis, vamos. Nuestro país salía entonces de su propio guerra, la civil, y no estaba para tales aventuras pero a Hitler le interesaba el poder tomar Gibraltar por tierra, que era la única manera de poder hacerlo.

Lo que la leyenda cuenta a continuación es que, al preguntar el führer a Franco qué quería a cambio, este recitó la lista que nos sabíamos los escolares de entonces de memoria: la extensión del imperio español de la época de los Austrias, ese imperio en el que no se ponía el sol. Flandes, Filipinas, Cuba, casi toda la América Latina y la parte de los Estados Unidos que le fue arrebatada a México; Franco exigió que se le devolviesen todos esos territorios a España. Lo mejor de la historia viene ahora: la frase puesta en boca de Hitler una vez que Franco se hubiese ido con su pinta rechoncha y su gorrito cuartelero: "Prefiero que me saquen una muela sin anestesia a tener que volver a negociar con este judío".

Si non e vero? Pues bien, la historia me vino a la cabeza cuando leí las condiciones que Podemos ha enviado a Pedro Sánchez para darle el apoyo parlamentario necesario para lograr la investidura: una vicepresidencia que convierte a Sánchez en presidente-florero, los ministerios de Economía, Interior y Hacienda, el control del Centro Nacional de Inteligencia (espionaje y contraespionaje), el Centro de Investigaciones Sociológicas (que realiza las encuestas oficiales) y el Boletín Oficial del Estado (que publica leyes, decretos y órdenes ministeriales), un ministerio para poner en marcha el referéndum en Cataluña (con Euskadi haciendo cola) y 96.000 millones de euros para gastos sociales.

Esta última condición tropieza de lleno con las exigencias de la Unión Europea. La del referéndum soberanista cruza la raya roja que la Ejecutiva del PSOE le puso a Sánchez. La organización ministerial incluye que los socialistas deberían consensuar con Podemos hasta 79 altos cargos, incluyendo el gobernador de Banco de España y el fiscal general del Estado. No he leído si Iglesias le deja a Sánchez el ministerio de Sanidad pero como carece en la práctica de competencias es posible que sí.

Yo no sé si, con lo joven que es, Pedro Sánchez estará al tanto de la historia subterránea del franquismo, ni si le habrá contado alguien lo de la entrevista con Hitler en Hendaya. Pero en realidad tampoco hace falta. Seguro que ha ido al dentista alguna vez y con eso es más que suficiente para que se plantee hasta qué punto estaría dispuesto a que le sacasen una muela, o incluso le hiciesen un empaste, sin uso de anestesia alguna. Más que nada para que se vaya entrenando.

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