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Llorenç Riera

Responsabilidad Íntegra para Matas

Jaume Matas deberá esmerarse en una defensa poliédrica y multiforme. Por algún motivo estará tomando tantas notas en el transcurso de las sesiones del juicio del caso Nóos. El expresident será interrogado hoy. Quienes le han precedido no han hecho otra cosa que cargar sobre él, sin miramiento ni atenuante alguno, toda la responsabilidad directa de los 2,6 millones de dinero público abonados a Nóos, entre el patrocinio del equipo ciclista y los foros de turismo y deportes.

En estas condiciones, cuanto pueda llegar a decir Jaume Matas adquiere especial dimensión. Su intervención dará también pistas claras sobre el sentido de unos pactos, entre parte de los acusados y el fiscal, que de cada día parecen más evidentes. Los arrepentimientos de Ballester, Bernal, Alía y Bonet apuntan claramente en esta dirección.

Ayer tampoco hubo contradicciones ni confusión alguna. Gonzalo Bernal, el exgerente de la Fundación Illesport, confirmó que se limitaba a cumplir las órdenes que le llegaban del "presi" vía Pepote Ballester y que no eran otras que las de pagar y cerrar los ojos. "Nosotros no entrábamos a valorar nada, todo venía acordado", dijo. A preguntas de la fiscal Llamas también admitió que se llegó a trabajar para la promoción y equipamiento del equipo ciclista "mucho antes" de que se firmaran los contratos.

El exdirector gerente del Ibatur, Juan Carlos Alía y quien fuera asesor jurídico de la entidad, Miguel Angel Bonet, apuntaron por igual en la misma dirección, la de atender a ciegas unas órdenes que eran "drásticas y directas", en el sentido de contratar a Urdangarin. Con este modo de hacer las cosas, los documentos quedaban en mero papel mojado para cubrir, bajo mínimos, el expediente. Ayer se volvió a oír en el juicio cómo se redactaban actas de sesiones y encuentros nunca realizados.

¿Basta la obediencia acatada, antes que debida, para la exculpación? Esta es cuestión que se plantea ahora ante tantos tiros de balón directos a un Jaume Matas que carecerá de recursos veraces para pararlos o, cuando menos rebotarlos, a todos.

La confesión -el arrepentimiento es de depuración más compleja- puede comportar el beneficio de lo atenuante, en aras de la verdad, pero el reconocimiento de los hechos y la subordinación resultan insuficientes como eximentes.

Alguno de los inculpados que se han podido oír hasta ahora ha venido a reconocer esta circunstancia. Sobre todo de la deposición realizada ayer por Miguel Angel Bonet puede deducirse que existía clara conciencia de la inexistencia de procedimiento administrativo y de la falta de concurso público para otorgar unas subvenciones o contrataciones públicas de cantidades tan altas. "Fue un error muy grave al que debía haberme opuesto", admitió. El tribunal deberá mesurar el verdadero grado de implicación y de responsabilidad de cada uno. El avance del proceso dependerá, en buena parte, de lo que diga Jaume Matas en su declaración de hoy mismo.

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