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Cuaderna

Podemos y el manual leninista (I)

El gran problema que hoy tienen planteado España para formar un Gobierno sólido y con garantía de permanencia es que los "padres legítimos" de Podemos, o sea PP y PSOE, no se tomaran en serio el nacimiento de la criatura y no dedicaran ni un solo minuto a estudiar su origen, y lo que es más importante, su doctrina ideológica.

El PP se quedaba brazos cruzados, pensando que la "guerra" no iba con ellos. El PSOE creía que Podemos solo se quedaría con los votos de IU. En una palabra, despreciaron el movimiento del 15M y su transformación en partido. Este y no otro es el origen. Ahora puede que ya sea tarde.

Así las cosas, un grupo de profesores de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid desempolvó el manual leninista para asaltar el poder. Pasaron del campo teórico al campo de la práctica y activaron todas las palancas de la estrategia y la táctica. Mientras, PP y PSOE haciendo la siesta y autodestruyéndose unos a otros.

Si nos remontamos a los orígenes del leninismo nos encontramos que en 1903 tuvo lugar el congreso del Partido Obrero Social Democrático Ruso y es en ese congreso cuando se produce la separación entre bolchevices y mencheviques. Aquí nace el leninismo, como doctrina y corpus teórico-práctico más completo para hacerse con el poder político, extenderlo y mantenerlo.

Es curioso observar la gran coincidencia entre el pensamiento de Tkachan, Lenin y Pablo Iglesias. Los tres consideran que el pueblo es incapaz de hacer una revolución social, por ello creen que debe ser "una minoría selecta y preparada la que asuma su dirección y guiar al pueblo hacia su liberación".

La idea es clara: construir toda suerte de mecanismos círculos para que Iglesias y su pequeño círculo manejen a esa masa emergente, pero sin dirección, con los que desahuciados, parados, desamparados, marginados?, sedientos de cambio en el mejor de los casos, o venganza, que también los hay, puedan canalizar sus reivindicaciones. Y eso es pura doctrina leninista, al igual que lo es subordinar todos los principios "democráticos y programáticos al interés del nuevo partido", tal como hacen los dirigentes de Podemos en cada una de sus comparecencias. Así, "el partido se convierte en el valor supremo para la conquista y el ejercicio del poder".

Al igual que Lenin, Pablo Iglesias y su cúpula entienden que "la adhesión al partido implica un compromiso personal con el mismo y además, supone aceptar y participar activamente en la expansión del mismo y en la imposición del programa". En una palabra, el militante de Podemos, se convierte así en un disciplinado y obediente activista. De no ser así, será "depurado". Ya tenemos algunos ejemplos. Así es como Pablo Iglesias y su equipo han configurado su partido, basado en una organización dirigida por un equipo profesional que impone un férreo control interno; eso sí travestido de democrático y participativo. Tienen perfectamente interiorizada la máxima de Karl Marx: "La sociedad humana solo evoluciona por el conflicto, por la lucha de clases".

Lo que han hecho Pablo Iglesias y su equipo es adaptar al siglo XXI las tesis de Lenin para hacerse con el poder. Hoy en Europa ya nadie teme que se tome el poder político mediante la insurrección armada o el golpe de Estado. Por ello están utilizando formas alternativas para alcanzarlo, tales como los fichajes estrella, que desorientan a derecha e izquierda, y la propaganda de la "escena y la retorica". La prueba más clara nos la dieron, en televisión al escenificar la propuesta de pacto con el PSOE para formar gobierno, donde Pablo Iglesias seria vicepresidente y quedarían bajo su control los ministerios estratégicos; Defensa, Interior, Exteriores? Lo de menos es la igualdad, la recuperación de derechos laborables, la escuela pública, la sanidad pública, los servicios sociales? Lo importante, como decía Lenin, es "controlar el Estado y disponer de todo su entramado de poder y fuerza".

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