Han trascurrido 42 días desde la celebración de las elecciones generales. Los resultados del 20-D, con la estocada fatal a las mayorías absolutas y gravemente herido el bipartidismo, conducen a la necesidad de pactos políticos para poder obtener una mayoría parlamentaria plural y su consiguiente gobierno de coalición. Pero visto lo visto, los partidos, viejos y nuevos, se han dedicado al juego del ratón y el gato.
¿Qué ha fallado (y sigue fallando)? En mis últimas colaboraciones en elperiscopi.com, quizás con un lenguaje excesivamente duro, califiqué (y sigo calificando) a determinadas actitudes de partidos y políticos como propias de trileros, apostando por la trampa y el engaño, limitándose a un penoso y lamentable juego de tronos. No han comprendido que la ciudadanía, con su voto, ha puesto el acento en la necesidad de cambiar el fondo y la formas de hacer politica. "Nueva" política que supone una actitud de apertura y de negociación con las demás organizaciones políticas, especialmente con las más próximas, con el objetivo de buscar y encontrar unos mínimos de consenso que posibiliten una gobernabilidad aceptable y un gobierno con un programa reformista que no signifique más de lo mismo.
Comienzo por los populares y su candidato Rajoy. Les ha costado aceptar que ser el partido más votado no implica haber ganado las elecciones. Sólo podían, y sigue pudiendo, acceder a gobernar con los votos de C's y como mínimo con la abstención de los socialistas. Su actitud ha sido la propia de Don Tancredo. O nosotros o el caos, somos los únicos que garantizamos la estabilidad, los socialistas con sus amoríos con los radicales propicían incluso graves desajustes democráticos, remueven cielo y tierra reactivando a los poderes fácticos interiores y exteriores. Vistos los "noes", cambian de estrategia y prometen Sánchez contraprestaciones tales como apoyarles en CC. AA. y ayuntamientos donde ahora los sociatas gobiernan con el sostén de Podemos.
No es extraño que se acuda al ejemplo de la gran coalición que gobierna en Alemania. Pero la realidad política, económica y social alemana poco tiene que ver con la nuestra. Añadiendo dos constataciones relevantes. Primera, en Alemania, aún contando con mayoría absoluta, la negociación y el pacto (aunque sea parcial o puntual) son esenciales a la práctica democrática. En nuestro país pasa exactamente lo contrario. Y para muestra un botón próximo: el uso u abuso que ha hecho el PP de su mayoría absoluta sin aceptar ninguna iniciativa de la oposición. Y segunda constatación: la gran coalición alemana se basa en documentos públicos, extensos e intensos, ratificados por referéndum por los militantes.
A pesar de todo, algunos socialistas dicen que se debería cuando menos escuchar a Rajoy. ¿Pero escuchar qué? No existe un sólo papel donde Rajoy exponga las bases del "Gran Pacto", y mucho menos un documento que exponga un programa de gobierno con sus prioriedades. El posibilitar por parte de los socialistas un pacto PP-PSOE-C,s, aunque sea absteniéndose, sin la existencia de un documento público que incluyera los contenidos detallados del pacto y las prioriedades del gobierno, sería dar un cheque en blanco a Rajoy para continuar con sus políticas. El mismo Rivera ha reclamado por activa y por pasiva tales bases. Nada de nada. Y, para más inri, para Rajoy los últimos acontecimientos judiciales que enmarañan todavía más las posibles responsabilidades directas del PP en graves hechos de corrupción no tienen porqué afectar a unas posibles (pero inexistentes) negociaciones.
Aunque sea brevemente quiero referirme a Ciudadanos. Sus resultados electorales fueron buenos, pero no suficientes para liderar un pacto y consiguiente gobierno de centro-derecha. Apuesta de modo prioritario por un pacto PP-PSOE-C's, pero los populares se lo ponen díficil con sus ambigüedades y sus silencios sobre la relación Partido Popular-corrupción. Pero, además, si el PSOE no vota a favor o se abstiene resulta imposible un pacto sólo de PP y C's. Y los socialistas, a la espera de los resultados de su Comité Federal, no parecen muy propicios a tal pacto. A su vez, a Ciudadanos le resulta difícil el participar, aunque sea por abstención, en un pacto de gobernabilidad PSOE-PODEMOS-C's. Pero tampoco parece interesarle unas nuevas elecciones. Su entrevista de hoy con el Rey quizás clarifique su postura.
Al escribir estas líneas no conozco los resultados del gran sanedrín socialista, su Comité Federal. Previamente se evidenciaron voces discordantes de algunos barones e incluso de Felipe González ¿Podrá Pedro Sánchez negociar con autonomía un posible pacto de gobernabilidad para formar un gobierno de progreso alternativo, o sólo se le deja abierto el "otro" camino? Como aviso a navegantes, no parece que sea una buena noticia que tengan que repetirse las elecciones. La actitud e iniciativa de los socialistas, que probablemente será más explicita a partir de la consulta de mañana del Rey con Sánchez, será el tema de mi próxima colaboración, sin olvidarme de Podemos.
