El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, ha elogiado en Davos el comportamiento de la economía española "en términos de crecimiento", pero también ha manifestado que, según las cuentas que hace Bruselas, "creemos, de hecho estamos convencidos, que aún hay una brecha [de déficit] y que podrían ser necesarias medidas adicionales", esto es, nuevos recortes. Grosso modo, el desfase con relación al plan de estabilidad presentado por España que Bruselas desea eliminar representaría un 1% del PIB, es decir, unos 10.000 millones de euros. El comisario europeo ha añadido que comprende que el gobierno actual en funciones "no tiene legitimidad" para abordar este asunto, que debería resolverse sin embargo "antes de primavera". Es claro que si se repiten elecciones, podría no cumplirse el plazo marcado.
Este es solo un ejemplo del conjunto de asuntos que, aunque no presentan una gran urgencia, quedan detenidos en el actual impasse. Un ejemplo que ratifica la exigencia de gobernabilidad de este país, y la obligación que tienen las fuerzas políticas de superar el recelo histórico de ser prácticamente el único país europeo que aún no ha experimentado los gobiernos de coalición.
