Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

El rey propone a un perdedor

El Rey tiene menos autonomía que un director de telediarios en un Gobierno del PP. Resignado a su papel de busto parlante con discursos revisados por la superioridad, su único rasgo digno de un jefe de Estado es proponer al candidato a la presidencia del Gobierno, tras sondear a los grupos parlamentarios. El monarca anterior siempre presentó al futuro presidente a la primera, pero Rajoy también iba a infringir esta tradición. Felipe VI debutará en el trono postulando a un perdedor, que será vapuleado en el examen del Congreso. Con el agravante de que el Rey conoce de sobras, sin más que efectuar las sumas pertinentes tras sus encuentros con los diputados, el desenlace del naufragio endosado desde La Zarzuela. Y como todo puede empeorar, se le recuerda la ausencia de reglas predeterminadas para una propuesta surgida de su solo arbitrio.

A salvo de un seísmo, el Rey propondrá a Rajoy para que no sea elegido, ni a la primera ni a la enésima. La Corona actuará con plena consciencia de la futilidad de una decisión sin precedentes. Los bastidores se inventaron para los compromisos, por lo que La Zarzuela tuvo que sugerir a la lista más votada que aportara un candidato en condiciones. De nuevo, esgrimiendo los números inapelables. El PP estaba obligado institucionalmente a esmerarse en acicalar a su candidato vigente, o en promover a un sustituto. Ha incumplido ambos deberes.

El Rey no cometió un desliz al bromear sobre una segunda ronda de contactos, lanzaba un aviso. Ha cubierto su cupo de fallos, tras el error clamoroso de no recibir a la presidenta del Parlament catalán. La Zarzuela empezó la desconexión por su cuenta. Carme Forcadell ha sido elegida, a diferencia del monarca, y sin un solo voto en contra. Ni el PP ni Ciudadanos contestaron un nombramiento sellado por 77 votos a favor, 57 abstenciones y un voto nulo. La monarquía no puede cimentarse sobre errores no forzados como el citado, ni sobre propuestas inverosímiles. Pedro Sánchez necesita atestiguar el fracaso de Rajoy como garantía para maniobrar, pero Felipe VI puede estrenarse como el Rey que designó a dos perdedores consecutivos.

Compartir el artículo

stats