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Llorenç Riera

La estacionalidad regula a las empresas

Del baile de cifras y porcentajes divulgados ayer por los institutos nacional y balear de estadística, para avaluar los índices de confianza empresarial, se deduce con claridad que las cosas cambian poco en este archipiélago. Se registra un cierto alivio atribuible a la menor presión de la crisis económica pero casi todo, demasiado, sigue sujeto y dependiente de la estacionalidad turística. En consecuencia, como dice el conseller de Trabajo, Iago Negueruela, queda mucho por hacer, en exceso todavía, en materia de competitividad.

Son los datos del último trimestre de 2015 que se confrontan con las perspectivas del primero de 2016. Es el trasvase de los últimos coletazos de otra temporada turística excepcional hacia el tradicional periodo de menor actividad económica del año. Se hace dentro de unas coordenadas en las que, en esta oportunidad, también puede haber tenido algo que ver el cambio o la incertidumbre de signo político. Igualmente en una etapa en la que la construcción avanza en la salida de su pozo más profundo y consigue presentar los pronósticos más favorables de todos los sectores en liza. El comercio, por su parte, se manifiesta con un diagnóstico marcado por la estabilidad, al igual que la industria, aunque ésta lo hace en menor medida. Es lógico que en esta época del año las peores perspectivas se manifiesten en transporte y hostelería porque son los sectores que ahora despliegan menor actividad.

Aún con todo ello, el 85% de los empresarios de Balears no piensa reducir sus plantillas en este inicio del año y el 87% tiene previsto congelar precios. La confianza empresarial ha crecido un 6,7% sobre el primer trimestre de 2015, pero no se puede obviar que sus índices reflejan hoy en estas islas la caída más pronunciada de toda España con el 5,4%. La media nacional de pérdida de confianza empresarial es del 1,3%.

Podemos interpretar que los datos son negativos si se comparan con el último trimestre del año pasado y positivos si se relacionan con el primero, porque se avanza en este punto un 6,7%, pero nada nos hace pensar que haya más cambios significativos de forma inmediata. Puede seguir una ligera tendencia al alza y poco más. Los mismos empresarios manifiestan, en un 60%, que esperan resultados y comportamientos similares para el año que ha comenzado.

El encauzamiento de la necesaria competitividad deberá venir por las rutas de la diversificación y del desbloqueo de la estacionalidad turística que significa lo mismo que avanzar en actividad empresarial. Los índices de confianza actualizados por el INE y el Ibestat no hacen otra cosa que confirmar la ausencia de cambios transcendentes en los comportamientos empresariales de Balears y por tanto también en la actividad laboral. Se sale de la crisis a base de empleo precario aprovechando para ello la coyuntura de una alta demanda de trabajo y una afluencia turística desbordante, pero no se incorporan elementos nuevos.

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