Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Periodista y president

Puigdemont es un linaje de personaje de Alejandro Dumas. También es el president de la Generalitat. Demostraremos que su profesión de periodista, tan devoto que no ha distorsionado la vocación estudiando Ciencias de la Información, es consustancial a su promoción de número tres de la lista por Girona a número uno por Cataluña. La noticia es que dicha comunidad dispone de una docena de presidenciables que comparten la adscripción periodística. Carles Puigdemont forma parte de una generación de activistas mediáticos, que han jugado un papel decisivo en la propagación del independentismo. Son el equivalente a los revolucionarios de un siglo atrás, armados con las redes sociales contemporáneas.

Heidegger sostenía que la técnica consigue que la información sea la variante más refinada de la lengua. Puigdemont y compañía han aplicado este axioma a rajatabla, desde la convicción de que el eslogan ha reemplazado a la doctrina. A bordo de su capacidad sintética, han servido de vehículos para la diseminación de un independentismo viral. De paso, han creado escuela, porque son los sucesores de los grandes diseñadores barceloneses. Con la salvedad de que crean objetos inmateriales, pero tan pragmáticos como una silla.

¿Dónde quedan los principios de la independencia informativa, tras la entrega al independentismo? La distinción entre periodistas y publicistas carece de sentido, una vez que los candidatos a La Moncloa encomiendan su discurso a Bertín Osborne y María Teresa Campos. Con más ingenio que ingeniería, los guerrilleros del soberanismo catalán desafían la ortodoxia de los portaviones mediáticos. Entre pilotar una nave corsaria y comandar la Generalitat entera media un abismo, pero Puigdemont se erige en síntoma porque dispone de colegas y competidores en formaciones como Podemos. De los abogados del Estado del franquismo, se pasó a los abogados a secas que la democracia instala en La Moncloa. Ahora, los periodistas al poder se han adelantado a la plaga de economistas al acecho. No saben de números, pero sí de bits.

Compartir el artículo

stats