El 28 de noviembre de 1715, hace ahora trescientos años, se creaba la capitanía general de Balears, antecesora de la actual comandancia general, y a su vez sucesora de la institución establecida por Jaime I en 1230 tras la reconquista de Mallorca e Eivissa y su incorporación a la corona de Aragón. Menorca tendría que esperar algo más, concretamente hasta 1782 en que Carlos III la recuperó de Inglaterra para España. Trescientos años, por tanto, de presencia militar en Balears, que se incrementan hasta 785 si nos remontamos hasta 1230. Muchos años, en los que la capitanía general —ahora comandancia general— ha sentido el calor y el cariño de mallorquines, menorquines, ibicencos y formenteranos, y un total apoyo por parte de las instituciones baleares.

Hoy no pretendemos otra cosa que expresar nuestro agradecimiento a Balears, que hospitalaria y generosamente nos acogen desde hace tres siglos. Soy plenamente consciente de que hay opiniones encontradas, pero quiero dejar claro que nuestra intención es simplemente conmemorar el nacimiento de la capitanía general de Balears, al margen de cualquier otro tipo de consideración. Quizás no lo hayamos explicado bien, pero queremos rememorar un acontecimiento histórico con la aspiración de que sea vivido desprovisto de cualquier intención de enfrentamiento, contemplado como una parte de la historia del ejército en Balears, conscientes de nuestro pasado común, con sus luces y sus sombras, pero orgullosos de nuestra identidad española y de la historia de España.

Muchos ciudadanos de Balears se sienten identificados con el ejército. Muchos de ellos, nacidos antes de mediados de los 80, fueron parte esencial del mismo durante su servicio militar. Seguramente recuerdan con cariño la etapa vivida en su juventud en cualquiera de las unidades de Balears: los regimientos de infantería “Palma” 47, aún activo, “Mahón” 46 en Menorca o “Teruel” 48 en Eivissa; el grupo ligero de caballería número 10, en Inca, el regimiento mixto de artillería número 91, o el batallón de ingenieros XIV, antecesor de la actual unidad de zapadores de la COMGEBAL.

Otros tipos de unidades han acogido, y todavía acogen, Balears: unidades de intendencia, sanidad, automóviles, logísticas, defensa química, música, cría caballar... Muchos recordarán con nostalgia al Centro de Instrucción de Reclutas (CIR número 14) y algunos aún conservarán la boina verde de guerrillero que orgullosos llevaron en la inolvidable Compañía de Operaciones Especiales, la COE número 7.

Las unidades militares son los hombres y las mujeres que las componen, pero son también —mucho más de lo que la gente piensa— las localidades que las acogen, con admiración unas veces, con paciencia otras y con cariño siempre. Muchas ciudades y pueblos baleares han sido el hogar de unidades militares a lo largo de estos tres siglos: Palma, Inca, Manacor, Calvià, Sóller, Alcúdia, Binissalem, Porreres... Maó, Ciutadella, Es Castell, Mercadal... Eivissa, Sant Antoni... Cabrera... y muchas localidades y parajes del litoral han albergado a las históricas baterías de artillería de costa.

Y de entre los soldados que conforman las unidades, merecen un recuerdo especial los mejores: los caídos en combate y los héroes, aquellos que demostraron su valor heroico o muy distinguido. Los palmesanos Weyler, Cotoner o Caro y Sureda (marqués de la Romana), el ibicenco Vara de Rey, el inquero Rodríguez Casademunt, el manacorí Llodrá, el petrer Bauzá, Vila, Munar, Pou, Moncadas, Pradillo... Todos ellos Cruz Laureada de San Fernando o medalla militar individual, ganadas en acciones de guerra en Cuba, Filipinas, Marruecos, Ifni o Sahara. Todos ellos, representantes de bravos soldados, orgullo de un pueblo descendiente de los históricos honderos baleares, que siempre ha sabido respetar a su ejército, y defender, a su patria chica, Balears, y a su patria grande, España.

En fin, trescientos años —pero también casi ochocientos— de perfecta simbiosis, de total identificación del ejército con Balears. “Sempre endavant” era el lema de Juníper Serra cuando acompañaba al catalán Gaspar de Portolá, capitán del ejército de Carlos III, en la evangelización de California en el siglo XVIII. “Adelante, siempre adelante” canta el himno del regimiento “Palma” 47 en el XXI. Ese es el espíritu que debe animarnos a todos, baleares, españoles, civiles y militares. Con el recuerdo del pasado, sobre todo para aprender de aciertos y errores, pero trabajando el presente y mirando ilusionados hacia el futuro.

A todos los ciudadanos baleares, encabezados por la presidenta del Govern balear; a todos cuantos, desde organismos oficiales o desde la iniciativa privada, trabajan por la conservación y desarrollo de estas históricas y hermosas islas; a todos cuantos velan por el bienestar de sus conciudadanos (y la comandancia general nos consideramos uno más de ellos); a todos cuantos buscan, con su trabajo y en su vida, el engrandecimiento de Balears y de España; a los que tanto hacen por mantener, estrechar y fortalecer los lazos de amistad y colaboración con la comandancia general de Balears, nuestra admiración, afecto y más sincero reconocimiento.

Molts d’anys a tothom. Moltes gràcies, estimades Balears.

*General de División, comandante general de Balears