Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Mallorca independiente

El PP balear presentó una proposición en el Parlament para rezar por "la cohesión y la unidad de España". A continuación, sus dirigentes se enzarzan a insultos y quieren independizarse de Madrid, para desagraviar al multiusos Álvaro Gijón. Desde mi humilde posición de votante fiel, si no pueden preservar la unión interna, ¿cómo van a garantizar la de España? El manifiesto hispanoespañol del PP se explica porque Mallorca tiene más motivos que Cataluña para independizarse de España. Hasta los soberanistas catalanes de Separats pel Sí han reconocido que somos víctimas preferentes de Madrid, un ente más cruel con los baleares que los propios hoteleros. Por ejemplo, la indescriptible película Isla bonita justificaría por sí sola una declaración de guerra de Menorca a los madrileños. México visto por Hernán Cortés.

Ser mallorquín es menos comprometido que ser catalán, pero la demanda de "cohesión" del PP autóctono nos obliga a reseñar que esta envidiable virtud ha brillado por su ausencia. Los conservadores nunca han liderado una reclamación a las numerosas autonomías regadas con dinero de los contribuyentes mallorquines. Además, no sabemos si los populares cumplirían su españolísima proposición, o si desalojarían en estampida el Parlament como hicieron al renegar de su Ley de Chirimbolos.

Una España unida para un PP roto, además de que estas efusiones patrióticas quedan postizas sin el entusiasmo marcial de Bauzá, el patriota por excelencia. Los populares denuncian que la declaración del Parlament catalán no surtirá ningún efecto, y a continuación impulsan en Mallorca una declaración antagónica que comparte la nula significación. El PP cismático debe renovar sus iniciativas, que viene Ciudadanos. Las proposiciones anodinas han de ser sustituidas por la convocatoria del premio Español del Año en Mallorca. La entrega tendrá lugar en sa Feixina, con despliegue de los estandartes falangistas que conjuntan a la perfección con el monolito art déco, y eventual lanzamiento del agraciado a la charca nouvelle vague circundante. El resto es prosopopeya. Al antaño invencible PP no han dejado de votarlo en la isla por ser poco español, sino por ser poco mallorquín.

Compartir el artículo

stats