Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llorenç Riera

La gravedad de la apelación a las armas

El recurso de las armas resulta siempre grave y delicado. La necesidad de recurrir a ellas como elemento de defensa o protección significa que el asunto que se lleva entre manos es de alto calado, turbio y está sujeto a los movimientos de las cloacas del comportamiento humano.

A medida que se van conociendo detalles de las extorsiones y demás corrupciones denunciadas y atribuidas a miembros de la Patrulla Verde de la Policía Local de Palma, crece la impresión de que se está ante una trama oscura, entre actitudes rudas y duras de sus protagonistas y no exentas de peligros

La investigación de esta presunta y grave trama de corrupción policial está llevando a iniciativas y comportamientos desconocidos hasta ahora. Como el hecho de que el juez y el fiscal que llevan el caso hayan considerado oportuno solicitar la licencia de arma corta por sentirse amenazados, aunque sea de forma indirecta. Es un hecho del que no se conocen antecedentes en Mallorca.

Pero ha sido una petición en vano porque la delegada del Gobierno, Teresa Palmer, ha desestimado la solicitud del juez Penalva y el fiscal Subirán. Lo ha hecho a pesar de un informe favorable de la Guardia Civil y de que los solicitantes habían pasado todos los trámites y pruebas pertinentes. Tampoco han servido de nada las amenazas escenificadas en el seno de la misma policia con pasividad de sus mandos o las intuiciones de seguimiento de un coche de la Policia Local a miembros de la investigación judicial.

Que el juez y el fiscal se vean abocados a solicitar licencia personal de armas, de forma independiente a si es otorgada o no, significa y delata muchas cosas. Una de ellas, sustancial, es que las cosas no pueden seguir igual ni un minuto más en el seno de la Patrulla Verde. Se requiere una depuración interna rápida y el establecimiento de las garantías suficientes para que la Policía Local de Palma sea, sin excepción, un colectivo de seguridad y protección ciudadana y no una organización necesaria que tolera y alberga un núcleo duro de corrupción en su seno.

Ayer mismo, el juez envió a prisión a otro agente, ya imputado con anterioridad, que fue detenido por tercera vez, después de amenazar a "El Ico", en relación a la declaración de éste como testigo. Permanece la evidencia de que las cosas y los comportamientos no cambian o lo hacen de forma desesperadamente lenta.

El exalcalde Mateo Isern, ahora regenerado para la política y el PP como cabeza de lista del partido al Congreso, llega a reconocer que no hizo todo cuánto debía para extinguir los graves males del cuerpo policial que estuvo bajo su responsabilidad. Lo hace en una entrevista que hoy publica este periódico en la que también afirma que la Policía Local es hoy el principal problema que tienen el Ayuntamiento. Es, si hacemos caso al anterior alcalde, el mundo al revés, un cuerpo concebido como ayuda, protección y seguridad, degradado, por la acción de unos pocos, en dificultad mayúscula y hasta en determinados momentos peligroso que lleva a la insólita, pero no nos atrevemos a decir que injustificada decisión de un juez y fiscal que solicitan licencia de armas. Por muy en vano que haya sido.

Compartir el artículo

stats