Podemos escribir algunas verdades, incluso sin saber tanto de motos como saben los padres de algunos pilotos? Sí, podemos escribirlas.
Por ejemplo, podemos decir que Valentino Rossi a lo que le tiene realmente miedo no es a perder su décimo título mundial, sino a que Marc Márquez sea más grande que él. Podemos decir que el 'Doctor', que lleva años persiguiendo los récords de Giacomo Agostini (15 títulos y 121 victorias), comprobó, en Australia, cuando Márquez sumó su victoria nº 50 ¡con 22 años! que su historial podía correr peligro. Es decir, que cuando Márquez llegue a los 36 de Rossi igual le supera ¿verdad? ¡Aaaah!, vaya, ya empezamos a saber de motos, menos que algunos padres de pilotos, cierto.
Podemos decir que Rossi ya no es lo veloz que era. Podemos. Podemos decir que si es líder del Mundial es porque ha sido más pillo, experto, regular y calculador, pero nunca más rápido que Márquez, Jorge Lorenzo ¡¡¡velocísimo siempre!!! y, al final, incluso menos rápido que Pedrosa. Podemos, sin saber tanto como algunos padres de pilotos.
Podemos decir, y eso les gustará a los 'rossistas', que Márquez le hizo la vida imposible a 'Vale' en Australia y en Malasia. ¡Vaya, en Australia acabó ganando Márquez, así que la estrategia no sería tan equivocada! ¡Y en Malasia no pudo ganar porque lo tiró Rossi! Por cierto, si hubieses sido más veloz que Márquez, lo pasas y te vas en busca de Lorenzo y Pedrosa. Pero no es más veloz y busca otras excusas.
Podemos decir, aunque no sepamos tanto como algunos padres de pilotos, que a Rossi, por ser 'dios', por haber engordado el negocio del Mundial, por ser líder de audiencia (¡¡¡la audiencia no solo manda en 'Sálvame de luxe'!!!), por ser quien eres y por ofrecer al mundo la posibilidad de ver a un piloto de 36 años batir a tres generaciones de jóvenes de golpe, le conceden, injustamente, otra oportunidad para ser campeón. Como dijo Lorenzo, "si no se hubiese llamado Rossi, lo descalifican y no le dejan correr en Valencia".
Podemos decir, como ha reconocido el mismísimo Agostini, que Valentino lo incendió todo el jueves con unas declaraciones explosivas (e injustas, falsas), creyendo que podría controlar la situación y, al final, cayó en la trampa de Márquez. O en su propia trampa. Ya lo dijo Lorenzo ese mismo viernes: "Puede que Rossi no sea consciente de lo que ha hecho y, en esta ocasión, le salga el tiro por la culata".
Podemos decirlo aunque no sepamos de motos tanto como saben los padres de algunos pilotos.
