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Llorenç Riera

La batalla de los centros de salud

Nunca resulta apetecible acudir al escenario del conflicto. Sin embargo, tan como se ponen las cosas, deberemos admitir que los pacientes con necesidad de asistencia ambulatoria conviene que asuman este plus de desagrado cuando deban personarse en su centro de salud. La disputa entre Administración y sanitarios se libra ahora mismo en estos espacios con unas repercusiones que, verdades y derechos reconocidos aparte, acabarán sobre el ciudadano.

La prolongación vespertina del horario de los centros sanitarios era eficaz y necesaria durante el último Govern de Antich. Cuando el Plan de Equilibrio Financiero del Ejecutivo Bauzá la desmontó en abril de 2012, el revuelo fue notable. Ahora la recuperación de horarios dilatados en centros de salud y PACs, prometida por PSOE y Més, topa con una larga serie de dificultades. Es más, el Sindicato Médico argumenta que resulta innecesaria por una parte y por otro lado imposible de plasmar por falta de recursos. Dice que si se vuelve a abrir hasta las 9 de la noche, las urgencias acabarán desbaratando citas programadas y consultas rutinarias.

No podemos olivar que todas estas impresiones están marcadas por el malestar creciente generado por los nuevos retrasos en el impago de la carrera profesional, el anuncio de huelga antes de las elecciones del 20 de diciembre, si las cosas continúan igual, y la absoluta ruptura del diálogo. Las vías para la comprensión recíproca entre conselleria y sindicatos han quedado taponadas. Así, el pronóstico no es bueno para el paciente, real o potencial. Tampoco para los profesionales de la atención y asistencia médica.

La consellera Gómez lo fiaba todo al diálogo postvacacional. Nada de ello ha habido desde el momento en que se ha anunciado que el límite del déficit público impedía afrontar el plus de la carrera profesional. Sin embargo, la titular de Salud se presta ahora a contratar el personal necesario para poder tener abiertos con holgura los dispensarios hasta entrada la noche. Por lo menos en términos económicos de disposición presupuestaria, es un factor de desconcierto.

Visto desde el exterior, desde la perspectiva del ciudadano, también desconcierta un tanto que galenos y demás sanitarios digan ahora que no hay demanda social suficiente para poder abrir por las tardes y que ello acabaría creando efectos negativos para los propios trabajadores de la sanidad pública.

El Sindicato Médico asegura que la apertura vespertina no aportará beneficio perceptible y que hasta el 80% de los coordinadores y directores de centros de salud consultados por el sindicato se oponen a la prolongación de horario. Se llega a hablar de "intereses espurios" para abrir por la tarde mientras la consellera apela a "la responsabilidad con la población". Lo dicho, el pronóstico no es bueno.

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