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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

El PP en negro no sabe dónde ir

He escrito pocos artículos imperfectos, pero el de ayer fue uno de ellos. Claro que "ayer" carece de sentido para ustedes, que leen este texto el 23 de abril de 2032. Hablábamos de un PP balear que no sabía cómo liberarse de las adherencias tóxicas de Bauzá, pero hemos de añadir que sigue enfangado en la corrupción de Matas, ahora a través de la entrañable figura del cuñado en negro. Una vez aceptada la financiación ilegal por el gerente del partido, es más interesante conocer la fuente del dinero oscuro que atender a los lamentos de un tal Ferrer sobre "alguien que ha tenido relación con el partido". Matas era el partido, y por eso colocó a su hermano político al frente de los billetes.

El cuñado en negro demuestra que todo lo que corrompió el PP de Matas le salió mal, todo lo que legisló el PP de Bauzá le sale mal, y todo lo que vota hoy el PP anónimo en el Parlament le saldrá mal. Basta de circunloquios. Si los diputados populares vuelven a abandonar cohibidos la cámara autonómica, pueden despedirse de mi sufragio. No se marcharon, huyeron porque no sabían qué hacer con un voto que contiene la encomienda de cien mil ciudadanos. Su estampida de ley simboliza la dimisión colectiva. El abandono de una votación es un exabrupto de minorías marginales, para ensanchar su visibilidad ante una decisión irreversible. Se llama votar con los pies, pero aquí solo ha ingresado a los populares entre las formaciones antisistema, en medio de un absoluto desconcierto. Cualquier día se presentan en camiseta.

En esta legislatura, el PP balear solo ha mostrado convicción cuando votaba junto a Podemos. Acostumbrados a ejercer el Govern y la oposición de sí mismos, los populares no se adaptan al papel de minoritarios en retroceso. Con lo que nosotros hemos sido, y hoy no sabemos ni quién nos representa. La soprano Prohens solo canta con partitura, y Rajoy maldecirá a quienes le han privado de su último escalón de defensa, la financiación inmaculada de los conservadores. Cuñado cuñado, así acaban los nepotismos. El PP ha desaparecido con una conga en el Parlament, su suerte es que la mitad de sus votantes todavía no se han enterado. El CIS, sí.

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