Aunque sólo fuera por la condición de buena parte de los casi 400 testigos llamados a sala, el juicio del caso Nóos tendría una enorme trascendencia procesal, social y mediática. Si a ello sumamos la identidad de los principales acusados 18 en total resulta incuestionable que nos hallamos ante una vista sin precedentes en relación a lo visto y actuado en los distintos órganos de la Justicia a nivel internacional. No deja de llamar poderosamente la atención ver en el banquillo a una hija y hermana de rey, a su consorte y a toda una sucesión de excargos institucionales y políticos de máximo nivel.
No puede extrañar por tanto que el tribunal que debe evaluar la presunta trama de desvio de fondos públicos de las administraciones de Balears, Valencia y Madrid haya puesto especial esmero, ya en la fase previa, en separar el grano de la paja y fijado el juicio en el tiempo, el espacio y sobre los protagonistas reales. La dimensión del caso aconsejaba hacerlo así, mucho más si se estima que todas las miradas y algunas presiones estarán concentradas sobre cuánto ocurra a partir del próximo 11 de enero. Esta es la fecha fijada por la Sala Primera de la Audiencia Provincial para el inicio del juicio. Transcurrirá a semejanza de La Paca, dado que se habilitará la misma sala de la Escola Balear d'Administració Pública del polígono de Son Rossinyol en el que se vio el macrojuicio por narcotráfico contra Francisca Cortes. De entrada, en Nóos están llamados 18 acusados, 363 testigos y 21 peritos. Se estima que la vista se podrá prolongar por espacio de medio año. Los exduques de Palma, Cristina de Borbón y su marido Iñaki Urdangarin son los principales encausados, seguidos de Jaume Matas y Diego Torres.
Se intenta dejar las cosas claras ya de entrada. En la misma llamada a juicio el tribunal desmonta las tesis de la defensa de Urdangarin en el sentido de que los foros de índole deportivo convocados llegaron a realizarse y fueron de utilidad. Tal argumento no prospera del mismo modo que tampoco salen adelante como medios de prueba válidos los correos electrónicos aportados por Diego Torres con los que pretendía demostrar el conocimiento de la Casa Real sobre todo lo que realizaba Iñaki Urdangarin vinculado al entramado de Nóos.
En contra de las pretensiones de Manos Limpias y por imperativo legal, tampoco declararán como testigos el rey Felipe VI y su padre Juan Carlos. El tribunal también ha desestimado la presencia de Corina, amiga del monarca emérito. Deberán acudir a la sala, en cambio, exjefes de la Casa Real como Alberto Aza y Fernando Almansa o quien fuera secretario de las infantas, Carlos García Revenga. Sin despreciar a los testigos Rita Barberá, Francisco Camps, Rodrigo Rato o Ruiz Gallardón, a priori se concede gran importancia a las explicaciones que pueda dar, José Manuel Romero, conde de Fontao, el hombre a quien se atribuye la mediación solicitada por su suegro para que Urdangarin se desprendiera de las actividades que ahora le llevan a juicio.
