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Antonio Papell

Ciudadanos, la formación emergente

Ciudadanos (C's) nació, como es bien conocido, de un movimiento ideológico una plataforma cívica surgido en Cataluña en 2015 de la mano de una quincena de intelectuales progresistas que se rebelaron contra la evidencia de que a la etapa nacionalista de Jordi Pujol había sucedido un "tripartito" comandado por Pasqual Maragall que no había variado un ápice las derivas identitarias del periodo anterior. Las personalidades que dieron el aldabonazo político y cultural contra la hegemonía nacionalista no quisieron implicarse en la estructura de un partido político, por lo que se inició un proceso constituyente que desembocó en julio de 2006 en la elección de Albert Rivera, un abogado de 26 años, como presidente de la nueva formación, al frente de una comisión ejecutiva de quince miembros.

Aunque con voluntad de extenderse por todo el Estado, Ciudadanos fue expandiéndose primero por toda Cataluña, hasta dar el salto nacional en 2014, en que se presentó a las elecciones europeas, en las que consiguió dos escaños. Concurrió a las elecciones andaluzas de marzo del año en curso, en las que obtuvo más del 9% de los votos, suficientes para permitir con su apoyo el gobierno del PSOE; en las recientes autonómicas y municipales de mayo, Ciudadanos ha sido ya una formación extendida a todo el Estado, con escaños en todos los parlamentos regionales salvo en Navarra, y con numerosos concejales en docenas de ayuntamientos. En las recientes "plebiscitarias" catalanas se ha convertido en la formación constitucionalista más votada, a gran distancia del PSC y del PPC.

Hasta el momento, C's ha actuado como partido bisagra, sin una clara caracterización ideológica y dispuesto a pactar a babor o a estribor según el resultado de las negociaciones, siempre con el criterio de no ingresar en gobierno alguno sin ser la fuerza mayoritaria. Es de suponer sin embargo que esta formación, que ha demostrado su transversalidad, aspira a ser mayoría, para lo que debe desmontar primero la concepción bipartidista del sistema representativo español, que es consecuencia directa del régimen electoral, proporcional corregido, del que proviene también el concepto de "voto útil" que otorga una ventaja objetiva a las dos grupos mayoritarios. En otras palabras, sería lógico que, si se confirman las previsiones de las encuestas y C's se convierte en árbitro tras las próximas elecciones generales, su primera condición para pactar una mayoría será reformar el sistema electoral para acentuar la proporcionalidad y quién sabe si limitar la representación de las minorías nacionalistas en el Congreso de los Diputados.

Para que C's tenga verdaderas posibilidades de mantener la posición eminente que ha alcanzado en Cataluña, tendrá que esmerarse en un programa atractivo, creíble y eficaz, encaminado a resolver la demandas sociales más evidentes. La presencia de Luis Garicano al frente del proyecto económico del partido ha aportado aire fresco a las previsiones de este país con su apuesta por incrementar la inversión en I+D+i y modernizar el modelo de desarrollo. Rivera ha nombrado también una comisión de expertos para preparar una reforma constitucional basada en las propuestas del Consejo de Estado de 2006, realizadas a instancias de Zapatero.

Faltan todavía desarrollos programáticos en otras materias, que sin duda se efectuarán antes de las elecciones. También, por supuesto, será importante el acierto de este partido en la selección de cuadros, una tarea difícil pero que, aunque con lógicos contratiempos, está llevando a cabo acertadamente. De momento, y a falta de que este partido emergente se asiente del todo en la normalidad democrática, la irrupción de Ciudadanos ha obligado a los partidos tradicionales a revisar sus planteamientos, a extremar la lucha contra la corrupción y salir a de su cómodo anquilosamiento.

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