Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llorenç Riera

Las consecuencias del pacto de gobierno

Lejos de apaciguarse, se está acentuando la crisis abierta entre Podemos y los socios de Govern, sobre todo el PSOE, a cuenta del nombramiento de Francisco Fernández Terres como gerente de SITIBSA. Ayer, Alberto Jarabo volvió a tensar las cuerdas. Lo hizo echando más leña al fuego de las palabras pronunciadas la semana pasada por Laura Tamargo. El secretario general de Podemos condiciona la continuidad del apoyo al Govern al cese de Fernández Terres, a quien tiene proscrito por estar "demasiado vinculado a empresas causantes de la crisis".

Joan Gual de Torrella, el gerente de la Autoridad Portuaria, también está en el punto de mira de Podemos. No se llega a pedir su dimisión, pero será objeto de "una vigilancia especial". No se sabe muy bien hasta qué punto llegará la estrategia desplegada por Podemos pero, en todo caso, es una actitud que no puede mantenerse activa durante toda la legislatura. Si la cuerda debe tensarse hasta la ruptura, ahora, cuando todavía se está en los albores de la gestión del Pacte, es buen momento para dar el tirón definitivo. La incertidumbre corrosiva no es buena compañera de viaje. Quienes tienen responsabilidad de gobierno y los ciudadanos ávidos de soluciones necesitan y tienen derecho a saber a qué atenerse. Conviene reservar el suspense para otros aspectos menores del ocio y el espectáculo.

En las condiciones actuales, la iniciativa de candidatura unitaria entre Podemos y Més, para las próximas Elecciones Generales, tienen escasas posibilidades de prosperar. Lo dijo el mismo Jarabo. Los recelos y la desconfianza se han adueñado de la situación con excesiva prontitud. Cuando se requiera confluencia y respaldo para gobernar y para encarar iniciativas de futuro, se aproximan nubarrones de ruptura. En este punto cabría preguntarse si la clase política y la casta a la que se ha incorporado Podemos están a la altura de las circunstancias y de los retos que se le presentan. La respuesta, en base a los hechos, se adivina negativa.

Jarabo está dispuesto a llegar hasta las "últimas consecuencias". De momento, mientras, ya se están pagando las consecuencias de los términos y condiciones en que se firmó la tercera edición del Pacte. La posición de Podemos se sitúa entre la incomprensión y la contradicción, hasta crearle problemas de identidad. Tienen más dificultades de las que esperaba para acotar su espacio político

Jarabo se lamenta, por un lado, de no disponer de capacidad ni influencia para ser partícipe de la política de nombramientos y, por otro, rechaza esta influencia, pero reivindica dignidad y transparencia. Quiere hacer valer el peso de sus diez diputados, pero no halla el punto adecuado para ejercer la presión.

De momento, el PSOE no parece haberse conmovido. Vicenç Thomàs contestó ayer mismo indicando que Podemos es libre de tomar las iniciativas legislativas que considere oportuna y defendió una política de nombramientos que no ha sido criticada sólo por Podemos. Alguien, probablemente más de uno, deberá ceder. El panorama no está para entretenimientos. Requiere más bien altas dosis de trabajo y eficacia.

Compartir el artículo

stats