Un diario digital, Vozpopuli, ha publicado un artículo de Gonzalo Cabeza en el que recuenta las principales citas electorales que se celebrarán en nuestro entorno geopolítico y afectivo: Cataluña, Grecia, Portugal, Turquía, Argentina y, por supuesto, España. Mucho nos jugamos en todas ellas.
En Cataluña, por supuesto, tendremos la ocasión de librarnos por un tiempo de la presión contumaz del nacionalismo radical, o, por el contrario, nos embarcaremos en un nuevo ciclo de peligrosas tensiones. En Grecia, donde parece asegurado el apoyo al tercer rescate en todo caso, asistiremos a la convalidación o no de Syriza, una fuerza ya reconvertida en opción moderada que ha sabido adaptarse a la realidad desde el radicalismo populista. En Portugal, país que experimenta cierta desazón por las facilidades que se han concedido a Grecia, que no ha cumplido sus compromisos, y que contrastan con el rigor que a él, tan cumplidor, se le ha aplicado, los conservadores de Pasos Coelho en el poder y los socialistas de Antonio Costa en la oposición están virtualmente empatados. En Turquía, después de meses de intentar sin éxito formar gobierno tras las últimas elecciones en las que los islamistas del presidente Erdogan quedaron por debajo de sus expectativas, éste ha decidido repetir los comicios, y en esta cita el país se juega su inclinación confesional. En Argentina, el peronismo kirchnerista, representado por Scioli, se enfrenta a Macri, sin grandes alternativas ideológicas. En España, nos jugamos también mucho en nuestras generales: además del signo del gobierno, el auge o le declive de las formaciones emergentes e, indirectamente, el futuro del desgastado sistema político. Es magnífico pero también aterrador que en democracia el porvenir esté en manos de sus protagonistas.
