Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Palma, ciudad antimadridista

Tenía que llegar. Se empieza por asesinar a alguien y se acaba llevando sandalias. Se empieza proclamando una ciudad antitaurina, y se acaba haciéndola antimadridista, el objetivo oculto. El ayuntamiento de Palma, propiedad de la mafia del ruido, ha cargado contra la tienda oficial del Real Madrid situada en la mismísima plaza de Cort. Con la excusa del impacto de las pegatinas y abalorios, se atenta contra la institución más prestigiosa del planeta. Los concejales rojos deberían experimentar un subidón de adrenalina al desfilar cada día bajo los escaparates blanqueados de Can Corbella, camino del trabajo o lo que sea que les ordene la mafia del ruido.

Més y sus acólitos deben especificar si rechazan desde ahora mismo los votos madridistas, más de los que imaginan y merecen, para aceptar solo el sufragio de fanáticos del otro club con pasaporte extranjero. Paso a diario por delante del templo madridista de Cort y, tras la reverencia de rigor, levanto la cabeza para examinar los posters. Su tamaño me parece ridículo en proporción a la grandeza del club. Deberían cubrir los estridentes rosetones. De hecho, he preparado un artículo donde solicito que una gigantesca bandera blanca ondee en Cort, para conmemorar la undécima Champions del Madrid en la próxima primavera.

A los madridistas sensatos nos sorprende la saña pastosa municipal. No se enzarzarían en un incidente diplomático contra la única entidad que puede competir con el Madrid en igualdad de condiciones, McDonald's. Los ayatolás se obsesionan con una fachada mientras permiten que la vía pública esté infestada de terrazas, que hacen inviables la comunicación y la convivencia. La única crítica contra el templo de mi única religión verdadera es que muestre en la fachada imágenes de réprobos como San Benzema Zampabollos y San Bale Turista, pero hasta los herejes debemos unirnos si se nos persigue por nuestra fe. Cuando hayáis exterminado a todos los enemigos, caros ediles, vuestra vida será todavía más aburrida. Claro que no sé si la mafia del ruido os dejará escuchar este artículo.

Compartir el artículo

stats