Me ha pasado en otras ocasiones, y es que, ante las injusticias, no me puedo callar. Entiendo que estamos viviendo cambios entre nuestros gobernantes, entiendo que si están ahí es porque se les ha votado, entiendo que se necesita un tiempo de adaptación, pero lo que nunca entenderé es la politización de la educación, politización que termina afectando a los jóvenes estudiantes, que en un futuro serán cabezas de familia.

Del mismo modo que en su día abrí una brecha dando mi opinión sobre el TIL (en todo momento dije que era una opinión muy personal y sin tintes políticos), ahora me veo en la obligación de opinar sobre el maltrato, sí maltrato, que están sufriendo los colegios del Parc Bit. Y cuando digo colegios, digo familias. Cerca de 300 familias, algunas con más de un hijo, corren el riesgo de tener que dejar de llevar a sus niños al Parc Bit, por una rabieta de los que han tomado el mando de la educación en Balears. Una rabieta sin sentido, como todas las rabietas. Que alguien me explique qué tienen de malo estos colegios para tener que retirarle un concierto que ya se aprobó en el 2014, concierto, gracias al cual, estas familias pueden optar a una educación que ellos creen es la mejor para sus pequeños, donde me incluyo. ¿Qué tienen de diferente? ¿Que los niños están separados de las niñas? ¿Es eso un problema? ¿Dónde está el problema? Yo siempre he ido a colegios mixtos, y puedo asegurar que con mis acneicos trece años estaba más pendiente de las nuevas curvas de mis compañeras que de lo que dijera nuestro profesor o profesora, y no les digo nada si la profesora estaba de buen ver. ¿Tienen diferente que son del Opus? Pués estos señores del Opus, a pesar de que no voy nunca a misa y de que a veces me alejo de Dios, respetan mi posición y transmiten a mis hijos unos valores excepcionales que los están haciendo mejores personas. ¿Que es un colegio de pijos, cómo he llegado a oír? Aunque nunca nadie me ha llegado a explicar bien qué es un pijo, incluso creo que yo lo soy, la mezcla de familias es lo que hace de estos colegios un lugar tan especial, tanto si son pijos como si no. ¿Que se hacen más asignaturas en inglés que en catalán? Se hacen en los mismos porcentajes, y estoy muy orgulloso de que mis hijos hablen un mallorquín precioso de escuchar y que se desenvuelvan con el inglés cómo yo nunca pude hacerlo a sus edades.

El colegio perfecto no existe, pero si sus hijos van contentos al colegio todas las mañanas, ese el colegio perfecto para ellos. ¿Por qué impedir que muchos de estos niños continúen con sus compañeros porque sus padres no puedan afrontar los gastos escolares si se les retira el concierto? Esto yo lo llamo atropello, atropello a la libre elección de centro educativo, y lo que es más importante, atropello al bienestar educativo de unos futuros adultos que no se lo merecen.

(*) Pediatra