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Llorenç Riera

La rentabilidad tóxica de Son Espases

Agrandes obras públicas les corresponden complejas investigaciones diversificadas. Eso es lo que ocurre en Balears tierra en la que, durante una larga etapa de la administración insular y autonómica, sobre todo durante la última época de Jaume Matas en el Consolat de Mar, todo contrato era apaño y tapadera. No podrá extrañar pues que zambullirse en el mar de fondo del proceso de concesión y construcción del hospital de Son Espases obligue a hacerlo desde distintos ángulos que, casi una década después de las primeras actuaciones en cuestión, ya no son otros que las diferentes piezas judiciales abiertas.

Sabemos, por el momento, que el fiscal Horrach ha presentado y el juez Castro instruye una querella relativa a la adjudicación de las obras en la que Jaume Matas, Villar y Aina Castillo aparecen como principales afectados. También acabamos de conocer que el Tribunal Superior de Justicia obliga al Ib-Salut a revisar la oferta presentada por Gabriel Sampol para levantar el hospital y a explicar porqué fue excluida. Los avances de la instrucción judicial obligan a incidir sobre otra ramificación de la trama de Son Espases para especificar cuál era el verdadero papel de la consultora Global PM.

Va aflorando la sospecha de que esta firma catalana pudo servir de correa para la financiación ilegal del PP de Balears en la opaca y nada edificante etapa última de Jaume Matas. Hay cosas que los investigadores no aciertan a explicarse en base a planteamientos razonables o de actuaciones compatibles con la transparencia y la pulcritud propia del servidor público.

Quizás la más llamativa de ellas sea el hecho de que, oficialmente, Global PM sólo cobrara 29.500 euros por informar sobre cuál de las cuatro empresas en litigio reunía mejores requisitos para hacerse con la obra y explotación de Son Espases. Sabido es que la mejor puntuación fue para OHL de Villar Mir, pero la concesión acabó en manos de Construcciones y Contratas de Florentino Pérez.

Por lo que concierne en concreto a la presunta financiación irregular del PP, el foco de atención está en un amaño de contrato a favor de la consultora, por importe de 6 millones de euros, convocado a dos días de las elecciones de mayo de 2007 y cuya operación quedó abortada al perder los conservadores los comicios.

El historial de relaciones entre Global PM y el PP de Jaume Matas, José Maria Rodríguez y Rodrigo de Santos deja claro que la consultora era la herramienta de referencia de la época. Aparece en la construcción de la sede del partido, las obras del metro de Palma y otras actuaciones. Se le atribuyen contratos regulados y otros fuera de control. Las declaraciones en sede judicial y ante el fiscal del arrepentido Rodrigo de Santos permiten entrever que la consultora no se prestaba a determinadas operaciones que se le atribuyen por afinidad política o altruismo. Y que el PP tampoco la buscaba para eso. La dimensión de las actuaciones no aclaradas en Son Espases es proporcional al volumen del gran hospital.

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