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Felipe Armendariz

Análisis

Felipe Armendáriz

Al juez Castro no le asusta Son Espases

A diferencia de otros magistrados de Palma, a los que no les hacía maldita la gracia que por azar les tocara investigar la querella de la fiscalía anticorrupción sobre el doble amaño del hospital público de Son Espases, el juez José Castro está encantado con un caso en extremo complicado.

Castro cuenta con la ventaja de que en sus pesquisas del Palma Arena ya había rastreado presuntas irregularidades en torno a la posible corrupción del concurso del hospital, así como la financiación irregular del PP de Balears.

De hecho tres de los primeros imputados en el caso Son Espases son viejos conocidos del veterano instructor: Jaume Matas, Fernando Areal y Aina Castillo. Llueve sobre mojado.

Global PM, la consultora "amiga" del PP de Jaume Matas, también ha estado bajo la lupa de Castro por la financiación irregular de ese partido.

El juez tiene ya resuelto, por una reforma legal del PP, el aplazamiento de dos años para su jubilación forzosa. Le sobran energías para esclarecer los misterios de Son Espases y ya no tiene la premura de que su carrera se acababa forzosamente en diciembre.

La era Matas fue un cambalache continuo, un tiovivo permanente de corrupción, como lo demuestran las tramas ya juzgadas o investigadas y como lo ratificará el caso Son Espases.

El expresident y su equipo no hacían una a derechas y cuando trabajaban en apariencia por el bien común, como es la construcción de un moderno hospital público para los ciudadanos de Balears, siempre obtenían un beneficio ilícito para ellos, su partido o sus amigos.

El fiscal anticorrupción Pedro Horrach ha allanado mucho el camino que llevará a la verdad sobre Son Espases con sus pesquisas, pero Castro no descansará hasta no haber investigado el último indicio de corrupción, como ha hecho con el caso Nóos. Son dos primeros espadas que, por caprichos del destino, vuelven a trabar juntos contra las viejas tramas de Matas.

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