Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llorenç Riera

Nombramientos y cargos por omisión

El Govern Armengol y más en concreto su vicepresidente Biel Barceló, está consolidando un verdadero problema a cuenta de nombramientos y designaciones de cargos públicos y la vinculación de éstos con entidades privadas. Es un problemática inesperada, tan artificial como real y que se hubiera podido evitar con un poco de tacto y una ligera dosis de previsión y cautela. No ha ocurrido así.

No se trata ya sólo de ver a quién nombras y para qué, como le ha ocurrido a Biel Barceló en su vicepresidencia abierta a discrepantes y adversarios, con las consiguientes rectificaciones parciales, sino qué te nombran o cuelan a ti. Tenemos a miembros del gabinete que asumen cargos por omisión. O por dejación de funciones. Insólito.

Francina Armengol y Biel Barceló afirman que se enteraron a través de este periódico de su presencia en el patronato y junta directiva de la Fundación Kovacs. Según ellos, les han grapado el cargo a las funciones propias del Govern. No sabíamos que el Estatut diera para tanto. Ni que su falta de prevención fuera tan consistente. Deberán procurarse terapias adecuadas para evitar nuevas goleadas por ignorancia. A la Fundación Kovacs no le interesa la contribución personal que puedan hacer la presidenta y el vicepresidente en el avance y homologación de los controvertidos remedios que aplica. Le importan las subvenciones y donaciones que puedan comprometer en función de los cargos que ocupan los nuevos patronos incrustados por omisión. Había que labrarse una alternativa o la continuidad y al grifo abierto por el Govern Bauzá. Armengol y Barceló no estaban cuando se les nombró. Sin embargo, Kovacs permanece al tanto. Habrá que reconocerle la oportunidad y la rapidez. A cada uno lo suyo.

Los afectados han alzado el teléfono y tecleado tuits. Piden explicaciones y evacúan consultas jurídicas. Quieren saber hasta qué punto les obligan los conciertos firmados por Bauzá con Kovacs y la extensión de los acuerdos que expiran en noviembre. Quizás también el peso de las influencias exteriores. Pedirán que se les borre del patronato y de los cargos no asumidos pero reales. Ya no fluye con tanta nitidez el compromiso preelectoral de la presidenta de desvincularse de la Fundación Kovacs y lo que más importa, cancelarle el trato preferente y el sustento económico. El IB-Salut podría quejarse cuando observa la relación de favor para unas prácticas privadas en detrimento de las de la institución pública. Pero en este punto llama la atención la comprensión que se asigna a su director gerente, Juli Fuster, con respecto a Kovacs, en discrepancia con su compañera y consellera de Salud, Patricia Gómez.

Las escenas narradas dan buena cuenta del desconcierto que todavía impera en el Govern Armengol y de que, pese a las largas sesiones de negociación y pacto, se llegó al Consolat de Mar sin que todo estuviera previsto. El desgaste del Ejecutivo debería responder a cuestiones más cruentas o inevitables y no tanto a cosas como la simple dejadez de no haber observado qué fundaciones podían graparte de inmediato o quién persigue aprovecharse de ti de forma velada.

Compartir el artículo

stats