El médico emprendedor ha perdido capacidad y margen de maniobra para consolidarse como empresario particular o de sociedad limitada. Es tiempo de logos y empresas generalistas, de accionariado plural antes que de coparticipación familiar o convenio profesional especializado. Por eso las concentraciones de la industria, o la misma banca, toman las consultas, los despachos y las habitaciones de la sanidad privada. Ya se han instalado en Mallorca en un proceso que, de forma independiente a su condición, resulta irreversible.
Cuando ya está consolidada la integración de la Policlínica Miramar y sus antiguos centros asociados, en la Red Asistencial Juaneda, con el resultado de 485 camas disponibles en Balears, el resto de grandes nombres de la sanidad privada mallorquina está dando ahora los pasos definitivos para su fusión bajo una misma marca y empresa.
Lo que en enero había sido anunciado como un escueto y difuso "acuerdo de integración e inversión" entre las clínicas Rotger y Palmaplanas adquiere dimensión corporativa única bajo la denominación única de Quirónsalud y a su vez se integra en el conglomerado mayor del grupo IDCsalud-Quirón. Reunirá 400 camas en Mallorca entre los dos grandes hospitales de Palma, el de la Platja de Muro y las consultas de sa Pobla. Ayer se anunció que su presidenta será Rosa María Regí, que hasta ahora ha ejercido las labores de gestión y dirección, junto a su marido, Fernando Rotger, en la clínica de Vía Roma de Palma. El objetivo trazado que se anuncia suena bien. La nueva marca Quirónsalud asegura perseguir el reto de ser un "referente de calidad, atención al paciente, excelencia profesional e investigación médica". Para ello, lo primero será consolidar el equipo médico directivo resultante cuyo nombramiento se anuncia para septiembre. La presidencia de Regí tendrá un marcado carácter institucional.
Los movimientos efectuados de forma paralela entre la sanidad pública y la privada, con la modernización de medios y efectivos, dotan a los centros hospitalarios de Mallorca de recursos mayores y más modernos para atender al ciudadano cuanto éste lo requiere. Es lo verdaderamente importante. A mayor y mejor oferta, más capacidad de elección también para un paciente que, sin embargo, no puede olvidar que todavía existen las listas de espera que condicionan demasiadas cosas.
Es posible, como indica la presidenta del grupo resultante, que las clínicas Rotger y Palmaplanas mantengan la identificación actual de cara al paciente, pero la gestión y los objetivos que persigan adquirirán otra dimensión. Será una estrategia de sanidad privada planteada a nivel nacional en la que también se deberá salvaguardar el carácter propio y los antecedentes que han servido de referente.
