El Govern Armengol ya está en pleno ejercicio de sus funciones. Se han cumplido todos los preámbulos y formalidades propios del acontecimiento institucional y de una responsabilidad a dos bandas „PSOE y Més„ con el refuerzo exterior de Podemos. Ha llegado el momento de la verdad, que no es otro que el de la eficacia y la responsabilidad.

El nuevo Ejecutivo autonómico ha iniciado su andadura desistiendo de los recursos presentados por el Govern Bauzá frente a la derogación del TIL y retirando la Ley de Símbolos. Eran dos medidas anunciadas y esperadas, que atienden a las preferencias de un amplio sector de la sociedad y que aportan signos de apertura y pluralidad acordes con los tiempos actuales pero, al mismo tiempo abren nuevos retos: La renuncia al TIL, añadida al efecto amortiguador que se aplica a la LOMCE, no puede obviar una estructuración normalizada y abierta a la pluralidad lingüística de la enseñanza en Balears. Martí March, el catedrático de pedagogía convertido en conseller de Educación, es el hombre encargado de devolver la paz y la eficacia a los claustros y a las aulas. No puede hacerlo con una sola tonalidad. Necesitará acreditar la capacidad que se le atribuye para integrar a todas las sensibilidades docentes.

Pero la eficacia resolutiva será inalcanzable si no se obtiene una adecuada dotación económica para hacer frente a los servicios y necesidades que demandan los ciudadanos de Balears. Francina Armengol se lo dijo llano y claro al ministro Catalá en su toma de posesión, en el sentido de que el Régimen Fiscal no es aceptable en las condiciones actuales y de que no renuncia a los fondos estatutarios paralizados en los últimos años.

El Govern Armengol deberá emplearse a fondo en el consenso y el diálogo. Tanto en su estructura y funcionamiento interno como en las relaciones con la Administración del Estado. Tendrá que quemar las primeras energías en la reivindicación para después hacer efectiva la resolución destinada a una sociedad que, como también apuntó la presidenta en su toma de posesión, todavía no ha podido sacudirse por completo de la crisis económica y que arrastra verdaderas desigualdades, con empleo precario y altas tasas de paro, incluso cuando se suceden las buenas temporadas turísticas.

La contención del déficit público también será esencial para poder desplegar las políticas deseadas del mismo modo que no se podrá errar en la aplicación de la ecotasa. Debe hacerse a través de los cauces del diálogo con el sector turístico y estableciendo las garantías legales necesarias. Ha llegado el momento definitivo de pasar de las palabras a los hechos. No caben más dilaciones por mucho que los tiempos sean difíciles y los condicionantes del Govern complejos.

La devolución de las 20.000 tarjetas sanitarias retiradas a los "sin papeles" tiene unas consecuencias evidentes más allá del formalismo de entregar el documento a los beneficiarios. Sanidad es siempre capítulo aparte de complejidad intrínseca en su propia estructura. Ahora, los vínculos personales entre la consellera de Salud y el director gerente del IB-Salut, por muy capacitado que esté, no contribuyen precisamente a conformar un pronóstico sobre la gestión del área alejado de la polémica. El Govern Armengol está obligado también a ganarse la credibilidad con transparencia y manteniendo el atractivo de la igualdad de oportunidades para todos en cualquier nivel.