Habrá espectáculo. Si la sesión constitutiva del Parlament es reflejo de lo que se avecina, está claro que la novena legislatura arrancada ayer poco tendrá que ver con sus precedentes. La sorpresa, el problema, el comportamiento atípico y probablemente menos la solución, podrán saltar en cualquier lugar en el momento más insospechado. Balears amparará su gestión pública en un Parlament para una época diferente pero, sobre todo, conformado por gentes y comportamientos políticos desconocidos hasta ahora. La mayoría se aleja de la "casta" pero, al mismo tiempo, no puede prescindir de integrarse en ella. Un equilibrio que desafía toda lógica y sentido político y sobre el cual lo más insospechado se vuelve posible.
Xelo Huertas, una antigua militante socialista hoy adscrita a Podemos, es la nueva presidenta del Parlament. En su discurso de toma de posesión se dirigió a sus señorías haciendo una llamada a "la equidad, la cohesión y el interés social". Buena hoja de ruta para quien también tiene la loable intención de promover la "igualdad de oportunidades" y siente la responsabilidad de "evitar el sufrimiento de los más desfavorecidos". Por supuesto, el reto estará en dar sentido práctico y palpable a esta declaración de intenciones que, sin duda, podrá hacerse suya la presidenta in péctore, Armengol, la cual todavía no sabe si gobernará en solitario o en coalición con Més. Al parecer, todo depende de si los econacionalistas alcanzan la presidencia de los consells de Mallorca y Menorca. Sobre todo en esta última isla, está en el alero el respaldo de Més a la investidura de la presidenta socialista.
Las distintas formas de toma de posesión del escaño utilizadas, en especial por parte de los diputados de Podemos y el voto nulo de rocambolesca fórmula de un miembro de esta misma formación, no parecen responder al mero exhibicionismo o a posiciones ideológicas y de definición política. Implican conceptos disciplinarios no desplegados hasta ahora, lo cual, cuando ya se da por irreversible la renuncia de Podemos a incorporarse al Govern Armengol y mientras PSOE y Més mantienen tenso su pulso, deja en manos de la debilidad muchas cuestiones.
La apertura de la nueva legislatura también sirvió para saber que los diputados de Podemos apelarán de forma constante a la pluralidad y que, en palabras de Alberto Jarabo, habrá libertad de voto "excepto en aquellas cuestiones que afecten a la estabilidad". Es un escenario nuevo que se antoja delimitado por una línea muy frágil.
Todo muta y se transforma. Incluso lo hacen la actitud y el talante de José Ramón Bauzá que ya reconoce en público su aspiración de ser senador en representación de la Cámara autonómica. Hará la réplica al discurso de investidura de Armengol y después, si el PP confirma sus planes, se marchará a Madrid. Definitivamente queda abierta una nueva época, un tiempo diferente que retoca de forma desigual los hábitos de quienes estarán en el gobierno o en la oposición.
