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El grito de las urnas

Como apuntaba el CIS España se ha volcado a la izquierda a pesar del PSOE, que ha perdido cerca de un millón de votos. Va a depender de Podemos en Madrid, Valencia, Zaragoza y tantas otras plazas. En Barcelona quedan relegados a la quinta fuerza ¿Por qué? Porque no han querido luchar contra la corrupción, ni a favor de los ciudadanos, básicamente. Y qué partido ha sido el verdadero protagonista de la debacle nacional del PP. Pues claramente Podemos. Representa la indignación nacional y un cúmulo de promesas que iremos analizando lentamente a través del 2015. Ha generado tanto entusiasmo que se ha nutrido de un buen puñado de miles de votos procedentes del PP que ha perdido 2,6 millones de votos. De 23 millones de votantes españoles, 7 millones han cambiado su voto respecto de las pasadas elecciones. Han optado por los partidos emergentes y les ha pesado mucho la figura del candidato. Se trata de un votante más culto, urbano y exigente que va a monitorizar las promesas del candidato y ojo si no cumple con ellas.

Los nuevos líderes en muchos casos han partido de cero: como Ada Colau; en otros casos ha primado la autoridad y el respecto intelectual y moral que desprenden, como en el caso de Manuela Carmena. Una abogada laboralista que sobrevivió al atentado de Atocha porque no estaba en el despacho. Ella sí encarna los valores constitucionales. Ella sí es una verdadera representante de la transición y de la creación del Estado español del que ahora tan fácilmente se reniega. También han optado por partidos valientes. Como Compromís que se lleva el premio en Valencia por su particular cruzada contra la corrupción representada por vividores como Fabra -el tuerto-, Zaplana, Rus, Barberá y tres docenas más que están imputados. !Ya se merecían los valencianos algo de dignidad!

Carmena va a jubilar a Aguirre, la gran esperanza del PP para mantener la capital. La jueza representa esa clase de bagaje humano de los que te reconcilian con tus semejantes. Muera Hobbes, viva Rosseau y su contrato social ! Qué necesitados estábamos de personas de altura en la vida pública española! Como Gabilondo, también. Qué diferencia con tanto y tanto tonto, mercachifle, niñato y pisa huevos que abarrotan las instituciones ¿Y Rajoy? Puf. Le espera un rosario de hostias que le van a caer de todas partes. Sobre todo de sus más cercanos. Así es la política. Si ganas eres un líder venerado, si pierdes, no eres nadie. Como Francina Armengol. Campeona en perder votos. Campeona en no haber levantado ni una sola alfombra en el muy corrompido Consell Insular de Mallorca. Donde cualquier persona con un mínimo de dignidad (Antich y Carles Manera en el Govern) hubiesen actuado. Pero esa guerra no iba con la moradora de palacios.

Alberto Jarabo y Biel Barceló han sido votados mayoritariamente para trabajar y devolver la dignidad al govern balear. Les conviene hacer valer que juntos suman 40.000 votos más que la farmacéutica y recluirla en el Consell de Mallorca. Les deseo tino, suerte, valor y firmeza para gestionar nuestras pobres consellerias, mal financiadas y tremendamente endeudadas.

Bauzá y su escudero Antonio Gómez se han trabajado a conciencia la voladura del PP. Pasarán a nuestra historia como El Quijote y Sancho Panza, como Pedro Picapiedra y Pablo Mármol, como Timón y Pumba y tantos otros divertidos personajes. Cómo deben acordarse de los 100.000 camisetas verdes. Esos locos que salieron a reivindicar sus derechos. El agente forestal lo sintetizó con la frase más brillante y sesuda de la legislatura: "son más los que se han quedado en casa". Talmente. Sin rubor. Mal de Presidentes como explicaba el martes pasado. A modo de la reencarnación paleta de Rimabau y Verlaine ambos han vivido un frenesí carente de ética en una espiral de vértigo que les ha llevado a su propia autodestrucción política. Abrazaron el nihilismo político y la disipación neuronal. Sabemos que Verlaine enloqueció de celos y descerrajó un tiro en el pecho a Rimabud. Sin llegar a eso, porque no sabe qué es la pasión, Bauzá seguirá el camino final de Rimbaud que dedicó los últimos años de su vida a hacerse rico (en su caso en su farmacia). Bauzá nos reafirma en la idea de Ibsen cuando plantea la enorme dificultad de que el hombre se regenere. Bauzá se nos va al limbo. Para sus incondicionales será difícil expresar su pérdida con palabras, porque la pérdida es ausencia y siempre se resiste a ser expresada. Para el resto, será el final de una penitencia que no nos merecíamos. ¡Joder qué larga se ha hecho!

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