El Fútbol Club Barcelona supo decir adiós a Xavi Hernández, emblema del mejor juego del equipo y de la selección nacional. Bastaría con enumerar los títulos conseguidos por profesional tan singular para concluir que ha sido figura auténticamente histórica. Hoy, que con frecuencia y de manera estomagante, se dice en los medios informativos que alguien o algunos están haciendo historia, sólo en muy pocas ocasiones puede adjudicarse a un futbolista categoría humana y profesional para figurar en los anales. Con su marcha a Catar, el fútbol español pierde una gran referencia, un futbolista que merece el podio de los mejores de todos los tiempos.
Xavi se ha despedido aunque aún permanecerá activo en España hasta la final de la Liga de Campeones. Sería gran injusticia restarle mérito alguno. Ha sido uno de los mejores futbolistas españoles y tal consideración sería rácana si, al tiempo no se le considerara uno de los más brillantes de Europa e incluso del mundo. Xavi deja en herencia la mejor interpretación de una idea futbolística que jamás había existido en España. Cambió el espíritu de la furia por el juego artesano con toques geniales.
Xavi recogió la última copa de la Liga y con anterioridad había ganado veintidós. En las tres grandes emociones de la Copa de Europa estuvo presente. En su currículo hay, además, seis supercopas de España, dos copas del Rey, dos Supercopas de Europa, dos mundialitos y con la Roja, en la que ejerció de timón en las más difíciles travesías, fue el mejor intérprete del maravilloso fútbol del toque que ganó dos Eurocopas y un Mundial. No se conoce en el momento presente un historial como el suyo. Ha jugado 17 años en el primer equipo, ha disputado 750 partidos y de ellos, 505 de Liga. Finalmente, su récord internacional está en haber superado los 150 encuentros en Liga de Campeones.
Xavi es puro producto de la cantera barcelonista. Creció en las categorías inferiores y cuando se le dio paso tuvo que superar la imagen que había dejado Pep Guardiola, que también fue director con batuta. Tuvo que superar las dudas que la grada plantea cada vez que aparece un futbolista joven y quiere peso en el equipo. No tardó demasiado en sentar plaza de capitán general. Su categoría se la ganó en el campo y todos sus entrenadores le dirigieron en el mismo sentido. Tal vez el más influyente fue Rikjaard, que le cambió la posición.
En el Barça se creó una fórmula que partió del tiempo de Johan Cruyff cono entrenador y desde entonces, con variantes y opiniones más o menos similares de los diferentes técnicos, el manejo del balón ha sido siempre el mismo. Guardiola, que fue el primer gran intérprete en el centro del campo, dio paso a Xavi. Luego, cuando lo tuvo como jugador, no necesitó darle la alternativa porque ya predicaba con el ejemplo.
Luis Aragonés cambió la historia de La Roja y lo hizo depositando en jugadores barcelonistas, intérpretes del toque, el ensamblaje del fútbol del equipo. Xavi llevó siempre la batuta y la orquesta creyó en sus conducciones. El juego del futbolista azulgrana ha sido imitado en muchos lugares y será por mucho tiempo imagen a emular. El fútbol mundial se ha alimentado de futbolistas que desde el centro del campo han dirigido a sus compañeros y son tan históricos como los grandes goleadores a quienes jamás se les resta un ápice de su valor.
En Italia aún mantienen la preeminencia de Pirlo y en el recuerdo de otros tiempos están el brasileño Gerson, el argentino Bochini o el inglés Bobby Moore. A estos podrían añadirse estrellas de muchos lugares y aunque de distinta condición han ejercido influencia en las siguientes generaciones. Este es el caso de Xavi que seguirá siendo el futbolista como ejemplo en todos los campos de equipos en etapa de formación. Con Xavi se ha cometido el error, la injusticia, de no adjudicarle el ´Balón de Oro´.
