En la Palma escasa de suelo disponible para nuevas construcciones de viviendas salta ahora la ocasión de Son Simonet. No ha pasado desapercibida a los promotores ávidos de reactivar sus empresas y de sacar obra nueva al mercado. Los 14.429 metros cuadrados de Son Simonet, en la manzana delimitada por la carretera de Valldemossa y las calles Guillem Forteza, Alfonso X el sabio y Colliure ofrecen la posibilidad de levantar 272 viviendas, una oportunidad que supera por si sola a las 207 casas plurifamiliares validadas el año pasado en toda Mallorca. Nada que ver con las 8.000 que se construían en la isla antes de la crisis.
Son Simonet es apetecible. Tiene más de un pretendiente. El ministerio de Defensa se ha dado cuenta de ello y por eso se decide ahora a sacar el recinto a subasta. Lo hará la semana próxima. Sabe que es el momento, sin riesgo de resultados desiertos que obliguen a nuevas convocatorias a la baja. Pero existe otro peligro, el de los "fondos buitre" destinados a la especulación que no parecen confluir con la conveniencia de unas instalaciones de titularidad pública reciclables con usos de libre mercado y utilidad social.
El urbanismo de Palma no permite hoy levantar pisos de lujo en Son Simonet. Eso, aunque contradictorio en aparencia en esa Mallorca en que todo se sobrevalora, lo hace más atractivo. Simplemente porque ha empezado a consolidarse una demanda real de vivienda habitual alejada de las pretensiones o posibilidades de las de gama alta. Si añadimos a este enfoque el hecho de que el recinto del viejo parque móvil y talleres militares sale a subasta con un precio de inicial de 5,3 millones de euros, podemos llegar a la fácil conclusión de que los pisos a construir en Son Simonet podrían aparecer a la venta por un precio inferior a los 200.000 euros. Es la franja de mayor demanda, la que tiene posibilidades para el ciudadano medio.
Defensa admite que hay más de una puja por los solares y la patronal de la construcción lo reitera. Se presentan pocas oportunidades como esta en Palma, una ciudad saturada de construcciones en la que sin embargo resulta muy difícil hacerse con una casa nueva. Todas las miradas están puestas sobre Son Simonet. Puede haber codazos para hacerse con la propiedad. Se acaba el silencio y el abandono que se ha adueñado de los antiguos talleres desde que fueron cerrados en la década de los 90.
Casa para los palmesanos y negocio, vida y trabajo para las empresas. Se producirá siempre que un "fondo buitre" no rapiñe su utilidad económica y social. La patronal de la construcción viste las bondades de la operación indicando que las 272 viviendas plurifamiliares susceptibles de ser construidas en Son Simonet conforman el tipo de obra que más puestos de trabajo genera. Simplemente porque detrás del albañil viene el fontanero, el carpintero y el electricista, entre otros profesionales de la casa nueva. Visto el interés suscitado, dentro de poco se sabrá cuál es el nuevo destino del viejo cuartel.
