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Pilar Garcés

El desliz

Pilar Garcés

Un reverendo expolio

Vean por favor en @diariodemallorca las fotografías de mi compañero Guillem Bosch que muestran a dos transportistas que sacan del convento de Sant Jeroni de Palma cuadros antiguos de santos venerables con las precauciones y mimos que suelen reservarse a los palés de latas de garbanzos en un hipermercado, por orden de la congregación de las jerónimas, antiguas inquilinas del lugar. Uep. Espera. Que nos han pillado. Que llegan del Obispado con la orden de parar la mudanza clandestina de obras de arte protegidas, y que encima dicen que son suyas. Pues abajo con ellas. Déjalas ahí apiladas, que si han resistido un parell de siglos no les pasará nada por quedarse en esta cochera esperando a ver si hay acuerdo entre los cristianos sobre su destino, o sentencia de un tribunal sobre la propiedad del valiosísimo conjunto. A ver si no llueve, que andan diciendo que va a cambiar el tiempo. Es de traca. Digno de Berlanga, si tuviera alguna gracia el saqueo inmisericorde de tesoros artísticos de esta tierra. Una vez más, la desidia de unos encubre y permite el abuso de otros. Hay páginas en las enciclopedias sobre los tesoros de este monasterio, que por lo que se ve se ha ido vaciando de extranjis durante los últimos años, antes y después de que las últimas monjas lo abandonaran hace unos meses. Ahora se escribirá sobre ellos en diarios y sumarios judiciales.

Tal vez las hermanas jerónimas no hayan caído en la cuenta, pero las obras de arte catalogadas sí son de este mundo, como el IBI que se ahorra la Iglesia en sus inmuebles mientras los demás pagamos a toca teja. ¿Y dónde estaba la Comisión de Patrimonio Histórico mientras se consumaba el esperpéntico traslado de piezas valiosas y protegidas por la ley de los hombres (y supongo que también por la de Dios)? Ni idea. Qué bella manera de terminar una legislatura, señoras y señores gobernantes del Consell de Mallorca, la institución que sufragamos para que, entre otras muy escasas funciones, vele por el acervo cultural de la isla. Las monjas cerraron la casa hace un año, y han pensado que esta semana electoral, con nuestros próceres ocupados en pedir el voto e interpretar encuestas, sería el momento óptimo para desmontarla y evitar que la diócesis les impida decidir el destino de piezas de importancia capital en la historia del arte de la isla. Bien visto, señoras. Un expolio más que se ha frenado por pura chiripa, gracias al concurso de DIARIO de MALLORCA, y en el minuto cero. O en el cinco, que no sabemos si la furgoneta hizo otros viajes cargada de retablos, códices y cálices. Del archivo de primer orden que también custodiaba Sant Jeroni, el Consell sabe que se amontona "en treinta paquetes" en el otro convento de la orden en Inca. Todo ello a cinco minutos andando de la sede del Consell. Qué par de buenos hotelitos con encanto podrán hacerse en ambos lugares, el monasterio de Sant Jeroni y la sede de Palau Reial. Más respeto mostrarían sus exclusivos clientes que los actuales ocupantes a tan honorables piedras.

Vean las fotos del camión de las monjitas, que parece haber alunizado contra los muros de un convento cuyos orígenes se remontan al siglo XV y que guarda retablos, pinturas, documentos y objetos de culto únicos y que no se pueden separar del conjunto sin permiso de la autoridad. Una autoridad que sabe por experiencia de saqueos anteriores en iglesias y casas señoriales, y que no ha movido un dedo para prevenir un nuevo caso aunque hasta el más inepto lo podía ver venir y los conservacionistas habían avisado. Pero están tan ocupados preservando sus poltronas que no tienen tiempo para nada más.

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