Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Falta de sensibilidad

Es evidente que el comportamiento del nacionalismo catalán, tan atrabiliario y tan dudosamente democrático, mueve a ejercer cierta inflexibilidad en relación a determinados privilegios de significado ideológico que se había consentido a los sucesivos gobiernos de ese corte. Ya es hora de que la Generalitat cumpla la Constitución también en todo aquello que la "inmersión lingüística" cercena. Sin embargo, ello ha de hacerse sin ofender a los catalanes, como es natural.

Viene este exordio a cuenta de una destemplada afirmación del ministro Wert, que resulta inadmisible: el castellano está hoy en Cataluña como el catalán en la época de Franco. El aserto es, de entrada, falaz, porque no hay proscripción ni oficial ni oficiosa de hablar y escribir el castellano en Cataluña. Pero, además, es de pésimo gusto porque la lengua catalana fue efectivamente prohibida con autoritario rigor por el régimen franquista en sus primeros tiempos, y el hablar catalán se convirtió entonces en un arriesgado signo de desafección que se pagaba caro.

No había, no hay, necesidad de molestar a la sociedad catalana cuando se combaten legítimamente los excesos de los nacionalistas y sus estultos compañeros de viaje. Wert, que tiene el don de la sutileza en otras cosas, debería saberlo.

Compartir el artículo

stats