El Gobierno de España ha rizado el rizo del esperpento patrio elevando a toreros, empresarios y aficionados taurinos a la categoría de parlamentarios. Si la ley mordaza prohibía las manifestaciones frente al Congreso, el Senado y los parlamentos autonómicos, desde el 10 de abril, la Policía Nacional está aplicando una instrucción general "para que se impidan las manifestaciones de grupos antitaurinos en el lugar y la hora de celebración de festejos y eventos taurinos". Las plazas de toros adquieren así rango de edificio de interés policial, por encima de ayuntamientos, juzgados, delegaciones del Gobierno, de Hacienda, hospitales y otros lugares frente a los que aún es legal protestar. Todo se andará; no demos ideas.

La medida se ha tomado "con el fin de evitar posibles altercados que puedan poner en riesgo la seguridad ciudadana, así como con el ánimo de garantizar el buen funcionamiento de los festejos". Con el mismo argumento debería prohibirse la asistencia de aficionados del equipo visitante a los derbis y clásicos futboleros.

Lo más flipante es que esta nueva restricción del derecho al pataleo viene como consecuencia de un informe presentado ante el ministerio de Educación, Cultura y Deporte por la Unión de Criadores de Toros de Lidia, según ha desvelado esta asociación. No deja de sorprender que un grupo de ganaderos tenga más capacidad legislativa que todas las patronales empresariales juntas, incapaces de impedir la formación de piquetes frente a sus centros de trabajo, durante las huelgas laborales. Podemos sospechar que, en vista del éxito de los taurinos, los criadores de mascotas conseguirán en breve la prohibición del fomento de la adopción por parte de grupos radicales animalistas, con el ánimo de garantizar el buen funcionamiento de su negocio.

Pero la cosa va más allá. La nueva instrucción incluye el rastreo de las redes sociales en busca de convocatorias clandestinas de manifestaciones, con lo que se equipara a los defensores de los animales con ultras, neonazis y terroristas. ¿De verdad no tiene otras cosas que hacer la Policía? Una cosa es perseguir la incitación a la violencia de eso encontramos en todas las casas y otra demonizar a los partidarios de firmar la paz con otras especies animales como si de peligrosos yihadistas se tratara.

Tenía razón Francisco de Goya al decir que en este país mandan los toreros. Olvidó añadir "y los cazadores". La nueva ley de caza aprobada por Cospedal en Castilla-La Mancha, que entre otras barbaridades autoriza matar perros y gatos, es un ejemplo del poder legislador de este lobby. Entre unos y otros están dictando un marco legal a medida de sus vicios.

*Presidente honorífico de la Plataforma Balear per a la Defensa dels Animals (Baldea)