Si alguien conociera el resultado electoral, no perdería el tiempo publicándolo en un periódico. El categórico "si hoy se celebraran elecciones, el ganador sería..." omite un detalle de cierta relevancia. Hoy no se celebran elecciones. Por fortuna para los fabricantes de sondeos, sus vaticinios se habrán olvidado el día de urnas. Se obtiene más consuelo en una sex-shop. Olvide porcentajes y escaños, para elaborar las conclusiones previas a la cita electoral de mayo:
Se disputan las primeras elecciones en que ningún partido aspira a la mayoría absoluta. Ni los votantes de una formación pretenden la hegemonía propia.
Se acabó la disciplina partidista. Los elegidos por formaciones debilitadas actuarán por libre, los recién llegados defenderán el ideario personal sin zarandajas.
Ergo, habrá tantas traiciones a las siglas teóricas que el transfuguismo perderá su mal nombre.
Ningún candidato suma un solo voto a sus siglas. Las únicas excepciones son Isern y Santiago, que por tanto no se presentan.
Ergo, Bauzá le quita votos al PP y Francina Armengol al PSOE.
El descrédito de los jefes de filas favorece pactos de funambulista. Basta con plantear que "pactamos con PP/PSOE sin Bauzá/Armengol". Esta ecuación es inviable en Andalucía, por el liderazgo de Susana Díaz.
Nunca ha habido tantos votantes de un partido que desearan fervientemente la derrota de sus siglas vitales.
Ergo, el votante es cada vez más infiel, hay que arrancar su apoyo cada día.
El votante del PP acepta mejor un pacto con el PSOE que el seguidor socialista una alianza con los populares.
El resultado del PP en Balears se acercará a la media nacional, una novedad.
Las elecciones europeas no fueron un exabrupto, sino un avance.
Cien mil manifestantes no son cien mil votantes, en la comunidad con la izquierda más señorita de Europa.
Todo lo demás es falso, y lo anterior probablemente también pero al menos están avisados.
