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Paralelismos

Los que peinamos canas no podemos dejar de establecer una morbosa relación entre el último lustro y la larga agonía de 1996 del gobierno de Felipe González. Imputaciones, detenciones, expolios a los presupuestos públicos y a la recaudación tributaria y un descrédito institucional que hacía irrespirable el espectro político.

Fraga supo renunciar a tiempo y con su inmortal frase "no hay tutela, ni hay tu tía" designó a Aznar como su sucesor. Éste ganó las elecciones del 96 y jubiló al corrompido Felipe González. Julio Anguita sacó los mejores resultados de la historia de IU: 21 diputados.

Parte de estos años de la historia política española, aquí archi resumidos, suponen un deja vu: descomposición del partido gobernante, cambio de líder en la oposición y resucitación de la izquierda más significada. Luego, está la otra parte que no se repite, la que constituye la variable del periodo 2014-2015, que en los libros de historia constituirá un importante capítulo: la irrupción de dos partidos emergentes que pusieron en entredicho el imperfecto bipartidismo español: Podemos y Ciudadanos, en detrimento de los antiguos árbitros: los clásicos partidos nacionalista que hasta la fecha habían determinado el color de los gobiernos españoles: CiU y PNV. Ahora de capa caída en ámbito nacional.

El último episodio del desgaste del PP ha sido la detención en diferido de Rodrigo Rato, para ser liberado horas después. Un golpe de efecto planificado para que no cayese antes de noviembre, evitando el indeseado efecto electoral en plenas elecciones nacionales. Ni siquiera esta planificada voladura de un sinvergüenza de casta, va a poder minimizar la pérdida del gobierno de un PP desvencijado por la ingente cantidad de casos de corrupción que demuestran que las mayorías absolutas sólo sirven para que lo peor de cada casa se manifieste con todo su esplendor. Le pasó al PSOE y le pasa al PP. Pone de relieve que el milagro económico que se le atribuía al detenido, consistente en la urbanización masiva de España a raíz de la aprobación de la ley del suelo, que he comentado en muchas ocasiones, fue una mala política pública. Salvo para todos aquéllos que eran de la opinión que había que legislar lo más pequeño posible, salvo en la parte que pueda beneficiarme, porque, claro está, todo es derroche, menos la parte que me toca.

Hecho este paréntesis, volvamos al tema de partida. Pero cambiemos de geografía y situémonos en nuestras islas. PP y PSOE hablan de regeneración democrática, porque es el tema con el que Podemos y Ciudadanos emergen con fuerza en el panorama nacional e insular. La cuestión es el análisis de esa supuesta regeneración. Si miramos la lista del PP, vemos que están casi todos los que estaban, incluida la muy regenerada Mabel Cabrer: el agente forestal, que ha fracasado en su intento de poner de síndica mayor a la secretaria general de la conselleria de Presidencia, para, de esta forma, tener el control sobre la sindicatura de cuentas y la fiscalización de las cuentas públicas baleares; el líder de la part forana que sucederá en 2019 a Bauzá, y alcaldes de toda la vida. En el PSIB, cada vez menos PSOE, entre Armengol, Thomás, Isabel Oliver y otros clásicos, suman casi tantos años en la vida pública balear que Matusalén.

Podemos es un fenómeno nuevo que habrá que analizar con perspectiva. Y Ciudadanos, otro tanto de lo mismo. Rivera se ha sabido labrar una carrera política en Catalunya y ha dado el gran salto al panorama nacional aprovechando la fácil coyuntura. Es muy listo y, por tanto, ha sabido rodearse de un equipo muy bueno. No obstante, en opinión de quien suscribe, no ha acertado en los candidatos baleares. Un filólogo que escribe en ABC no me parece el mejor aspirante a ocupar el Consolat. Y un sindicalista de los juzgados, acostumbrado al duro trabajo sindical, tampoco es el mejor candidato a la alcaldía de Palma. Al menos no han presentado a ningún farmacéutico. Con Bauzá y Armengol nos basta.

Los pactos que determinen el futuro económico el que más nos importa a la mayoría, por ser el que destina el rumbo de nuestras vidas está claramente delimitado. O bien un tercer Pacte de Progrés , o bien un gobierno del PP con apoyos puntuales de Ciudadanos hasta el mes de noviembre, y luego, ya veremos. El uno y el otro están equilibrados. En mes y poco tendremos el veredicto. La coyuntura económica europea comienza a aclarase. Que la suerte nos acompañe.

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