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Pedro De Silva

En corto

Pedro de Silva

Retrato de interior

Hollywood, conciencia del Imperio, y los "Oscar", su profeta colegiado, no han sabido al final qué hacer con "El francotirador". La crítica de la periferia del Imperio en general tampoco. Para muchos es un tiro al pie que se ha dado Clint, o hasta un regreso a Harry el Sucio, ahora disfrazado de Don Limpio. Todos buscan el punto de vista de Clint, para darle, sin caer en que retratan el suyo propio (que a la postre tiñe toda crítica). Y sin embargo "El francotirador", si uno se libra de la moralina, puede ser vista como un retrato bastante honesto de la confusión que embarga el alma de los norteamericanos, capaces de que en ella convivan la ficción de una vida idílica en casa con el horror del trabajo sucio en la frontera. Cabría pensar que Clint, en su último tramo, haya dejado que aquella confusión, que percibe dentro de sí mismo, se muestre tal cual, fluya sin filtros y sin moraleja.

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