La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica milenaria extendida entre diferentes pueblos y grupos étnicos de África y Asia. Consiste en la amputación total o parcial de los órganos genitales femeninos externos, lo que implica una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas, y supone un grave peligro para su salud. ¿Por qué una costumbre tan agresiva para la intimidad de las mujeres sigue ejerciéndose con tanta prevalencia? Los motivos suelen ser diferentes dependiendo del país o de la tribu.

Es muy importante, para las personas que atendemos sanitaria o socialmente a las mujeres que sufren la MGF, entender y respetar estas profundas creencias sin dejar de luchar para erradicarlas. Es necesario saber que es un tema tabú y secreto entre las mujeres que lo sufren, es decir, se habla poco de ello. Solo cuando se va a realizar la MGF o en los tratos previos a fijar un matrimonio. Los hombres dicen no saber nada del tema "es cosa de mujeres".

Cuando las niñas van a ser mutiladas les cuentan que es un gran día, una fiesta, una actividad de mujeres, que han realizado todas las mujeres de la familia y de la tribu. Les explican la importancia y relevancia, que tiene esta ceremonia para el matrimonio y tener hijos sanos. Es una costumbre donde se cree firmemente que servirá de protección y que asegurará el bienestar y el futuro de la niña. Si una chica no se hace ésta práctica, se dice de ella que no está "limpia" y es rechazada por su tribu, su familia, y no es apta para el matrimonio. Del mismo modo, se dice que si una mujer no está mutilada puede tener problemas en el parto. La mutilación otorga identidad.

Podría seguir describiendo muchas más creencias erróneas que amparan la MGF. Ir desmontando estas creencias lleva algo más que tiempo. Por ello, son las mujeres africanas, las personas más legitimadas para enseñar y demostrar que la MGF no aporta ningún beneficio a las mujeres, que es una vulneración de los derechos humanos, que puede suponer un grave daño para su salud sexual y reproductiva, que les puede conducir, incluso, a la muerte. En África cada vez hay más voces y proyectos de mujeres luchando por la erradicación de la MGF.

En Balears residen cientos de niñas subsaharianas. Unas han llegado a nuestras islas a corta edad, otras han nacido en las Islas. El riesgo de ser mutiladas se produce cuando se van de vacaciones al país de sus padres. Desde el principio hay que hacer una labor de información, formación, y concienciación con hombres y mujeres africanos para que traten de abandonar dicha práctica: hay que fomentar el cambio social.

Los programas que mejor resultados están dando son aquellos que lideran mujeres y hombres africanos. Desde Médicos del Mundo tenemos experiencias en Aragón, Navarra, Madrid y Cataluña con programas que cuentan con mediadores culturales africanos, que trabajan con formación y pasión con sus iguales. Son portadoras y portadores, una vez vuelvan a sus países de origen, de nuevas actitudes que permiten a hombres y mujeres crecer en derechos, libertades y en salud.

De ahí la conveniencia de liderazgo de personas africanas en los programas. Paralelamente, los profesionales sociales y de la salud tenemos que tener conocimientos y protocolos que nos sirvan para identificar y tratar la MGF. En las dos últimas décadas se han empleado esfuerzos, programas, denuncias, acciones de sensibilización impulsadas desde diferentes organismos internacionales como UNICEF, CEDAW, OMS€ países africanos y europeos vienen impulsando leyes que prohíban la MGF. Son, como vemos, importantes los esfuerzos internacionales, nacionales, regionales y locales para eliminar la MGF se ha avanzado pero queda mucho por hacer. La costumbre de la MGF legitima la desigualdad de género y perpetua la violencia contra las mujeres. Hoy 6 de febrero es el día internacional de tolerancia cero con la mutilación genital femenina.