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Matías Vallés

Deyá también es incompatible con Bauzá

Bauzá solo es compatible con su farmacia. Cien mil personas certificaron el antagonismo del president con el grueso de los mallorquines pero, ¿hay alguien a la derecha que lo soporte? La bronca definitiva entre Núria Riera y Miguel Deyá tuvo lugar el miércoles, a resultas de una cacicada del Consolat que el director general se negó a asumir frente a la docilidad ovina o bovina de la consellera.

Bauzá quiere ser juzgado por "mi gestión". Dado el carrusel de cambios en el Govern más trapisondista de la historia, cabe esperar que se refiera de nuevo a la gestión ejemplar de su farmacia. En este caos, Deyá ha experimentado una curiosa regeneración, incluso para un socio balearico de pro a mil euros la temporada, que acude al campo tras la misa dominical.

Bauzá odia a la Universitat por la indigencia cultural del president y porque la identifica como lo único peor que un nido de rojos, un nido de catalanistas. Nombró director general de universidades al único profesor que le superaba en hostilidad a la UIB. Sin embargo, Deyá se enamoró del cargo y modificó su juicio sobre la institución. Para explicar su caída, se opuso a mantener la patraña del TIL. Sobre todo, informó negativamente la facultad inmobiliaria de Medicina privada, que el Govern promociona por motivos también privados.

Desde la dignidad de su discurso de apertura del curso universitario, Deyá aprecia hoy en día a la UIB con más ahínco que Llorenç Huguet. El rector se postró de hinojos ante el trilingüismo castellano del Govern, por comparación con un cargo caído con la cabeza en alto.

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