En el Partido Popular seguían creyendo, entre 1999 y 2009, en los Reyes Magos: eran sus amiguitos de la trama Gürtel.

El auto dictado ayer por el juez Pablo Ruz narra, con la fría prosa procesal, la historia de un humilde botones de hotel, Francisco Correa, que llegó a ser multimillonario y dueño de un poderoso grupo empresarial gracias a su talento para hacer regalos a cargos políticos, sus esposas y hasta sus queridas.

Coches, joyas, viajes de ensueño, fiestas infantiles, trajes, todo lo que un político o su familia anhelaban se lo daban, gratis total, los conseguidores de aquellas empresas con nombre tan hortera.

La avaricia rompe el saco y las personas de "orden", como Luis Bárcenas, El Bigotes o Paco Correa, querían tenerlo todo controlado, aunque fuera el dinero sucio.

Ruz nos explica, sin emocionarse, cómo el Partido Popular gestionado por el preso Bárcenas llevaba una contabilidad en negro. Los mismos libros inconfesables eran rellenados por el contable de la Gürtel. Unos cobraban y otros gastaban.

El cruce de ambos estadillos ha permitido descubrir perlas como que Bárcenas robó parte del dinero opaco de su propio partido y se lo gastó en unos inmuebles o las enormes cantidades cobradas por los alcaldes que luego adjudicaban contratos públicos a la trama.

El mallorquín Pau Collado, alto cargo del Govern con el cuasi preso Jaume Matas, también participó en aquella fantasía de los Magos Corruptos de Oriente.

Collado entró en Gürtel en 2007, pero aterrizó con mando: fue nombrado por Correa número tres en el escalafón y responsable de las empresas captadoras de contratos públicos, las minas de donde surgían los sobornos.

Las andanzas del exgerente de la Fundación para el Desarrollo Sostenible de las Islas y padre de la inútil tarjeta verde no se relatan en el auto publicado ayer. Habrá que esperar a que concluya la instrucción de la segunda época de la Vida y Milagros del pícaro Correa para conocer con detalle qué hizo o deshizo su vicario mallorquín.

No hay que olvidar, y el magistrado no lo hace, a una de las bendecidas por la filantropía interesada de Correa: la hasta ayer ministra de Sanidad Ana Mato.

Mato y sus hijos fueron agasajados con decenas de miles de euros para viajes financiados por los organizadores de eventos del PP. En cualquier otra nación civilizada esta señora, que se deberá sentar en el banquillo como beneficiada por los delitos cometidos por su exmarido, hubiera tenido que dejar la política hace ya mucho tiempo. Gürtel-primera parte es otro argumento a favor de Podemos y en contra de un sistema que, durante diez años, toleró y auspició esos tratos de favor a políticos y esos expolios sistemáticos a los ciudadanos.