Bloomberg, una de las principales agencias de información económica, ha pedido la cabeza de Juncker en un durísimo editorial en el que se afirman cosas como ésta: "Se podría decir que Juncker hizo a su país rico metiendo la mano en los bolsillos de los demás, incluyendo los de la Unión Europea, a la que ahora está obligado a servir". Y en terreno de los argumentos, manifiesta que "la posición de Juncker como cabeza del cuerpo que investiga las prácticas fiscales que supervisó como primer ministro es un claro conflicto de intereses". Finalmente, la agencia alude a la crisis de confianza en que se encuentra la UE, alejada de los ciudadanos e incapaz de generar justicia ni crecimiento: "No va a ayudar a ese esfuerzo que esté supervisado por un hombre que ha pasado su carrera básicamente como un negociador del cuarto de atrás que construía un paraíso fiscal a costa de otros países europeos". Y añade que todo esto era sabido „"o debería haberlo sido"„ antes de su nombramiento, con lo que lanza también sus dardos contra el Parlamento europeo. El Financial Times, por su parte, no ha pedido la dimisión de Juncker pero sí ha exigido su comparecencia inmediata y la adopción de medidas.

Es el colmo que ante una crisis como ésta, provocada por prácticas ilegales de Luxemburgo, que ha actuado como un detestable paraíso fiscal bajo gobiernos presididos por Juncker, sean los medios de comunicación los únicos que pidan explicaciones. ¿Dónde están nuestros parlamentarios europeos? ¿Qué nos tienen que aclarar de esta corrupción vergonzosa que permite poner en duda todo el entramado institucional de la Unión?