­­­Pablo Iglesias no engaña a nadie. Va de frente y arenga a los suyos con un "yo o el caos". Al igual que Lenin, se sirve de la democracia liberal para sustituirla por la democracia "bolivariana". Su primer asalto se ha producido esta semana en las filas de la militancia de Podemos. Tomado el mando absoluto y sin discrepancia iniciara el camino hacia la toma de poder en las próximas elecciones generales. Su revolución se basa en la "mayoría social", que no política. Y es así como acude a la experiencia de Lenin y Chávez, siendo su discurso una adaptación a la realidad actual del marxismo.

Sabedor del cabreo nacional, ha estructurado un discurso populista basado en el gran deterioro de las instituciones de España, empezando por la monarquía y terminando por el poder judicial, pasando por el descredito de los partidos políticos y los políticos, a los que llama "casta". Todo ello envuelto en una gran dosis de sensatez, serenidad y amabilidad. No permite que nadie se salga del guión preestablecido y para ello utiliza "purgas de guante blanco" como antídoto preventivo. Dice: "No vamos a permitir que ladrones, violadores, banqueros, miembros de la casta y periodistas sumisos al poder, se cuelen en nuestra filas". Sin decirlo su modelo se asemeja mucho al modelo "del movimiento nacional". Control absoluto del aparato en la toma de decisiones del nuevo partido. Una única voz, un único mensaje y un control de los medios de comunicación son sus señas de identidad. Todo al estilo Cuba y Venezuela.

Su discurso, a poco que uno se haya interesado por adentrarse en el conocimiento y funcionamiento de las dictaduras comunistas, es anticuado, pero su corografía, su puesta en escena, es totalmente novedosa; de ahí que su mensaje sea penetrante e inquietador, no solo para el poder establecido, que también, sino, y esto es lo importante para la supervivencia de nuestro sistema democrático occidental.

Hoy nadie puede llamarse a engaño. Pablo Iglesias viene dispuesto a dar pasaporte al PP y al PSOE. Y es que mientras PP y PSOE siguen sin enterarse de lo que está pasando en la España real, no en la España de la macroeconomía y los grandes números, Iglesias va haciendo camino, a base de cimentar su discurso en la ola de cabreo y descontento que invade a las clases más castigadas por la crisis económica e institucional, por la que ha pasado y pasa España.

Mientras PP y PSOE se denuncian mutuamente de corrupción, clientelismo, endogamia política?, Pablo Iglesias los denuncia a los dos a la vez de todos estos males, con la tranquilidad de que su partido no tiene muertos en el armario y por tanto, hasta la fecha, nada se le puede reprochar. Como dice Ignacio Camacho: "El éxito de Podemos no consiste en lo que propone sino en lo que rechaza".

Es Podemos precisamente quien ha sabido encauzar y aglutinar las voluntades del 15M, mientras los partidos tradicionales no le prestaron atención y miraban hacia otra parte. Es podemos quien está recogiendo el malestar de las clases medias, pensionistas, funcionarios, jóvenes y asalariados en general. Sí, ya sé, lo hace con mensajes populistas y demagógicos pero que surten con gran efectividad. Bastan unos simples ejemplos:

-"Nos tienen miedo porque saben que con nosotros se les acaba el chollo a los de siempre".

-"No es posible que los ricos de este país sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Vamos acabar con esta situación".

-"En política se va por vocación no como profesión y plataforma de enriquecimiento".

-"Hay que acabar con las puertas giratorias de la política y con los privilegios de los políticos", y así podríamos continuar.

Hoy, la España triste y pesimista compra con gran facilidad estos mensajes. El problema pues no radica en la denuncia que hace Podemos al actual situación. El problema radica en el cómo piensa llevar a cabo sus buenos propósitos que dice que va a implantar en España una vez ganadas las elecciones? Ahí está la clave. Mucho me temo que su modelo es el modelo de los Castro en Cuba, o de Chávez y maduro en Venezuela. Y mientras PP y PSOE siguen enfrascados en el "y tú más".

Aterrizando en propia casa, esta semana asistiremos al debate anual de la comunidad autónoma. Se iniciará con el discurso del presidente y continuará con las intervenciones de los distintos portavoces. Su desarrollo será el siguiente:

a) El president hará un discurso con la vista puesta en las próximas elecciones. Su hilo conductor será primero describir la herencias caótica y catastrófica que se encontró al llegar al Consolat, fruto del Govern del Pacte. Los acusará de todos los males e incluso de la muerte de Manolete si hace falta. Después relatará todo lo que se ha hecho para aderezar y corregir la nefasta herencia recibida. Finalizará su intervención explicando los logros conseguidos y proyectando un futuro esperanzador. De autocritica nada.

b) La oposición no reconocerá ni un solo logro al actual Govern. Lo acusara de dictatorial y de reírse de los ciudadanos. Lo acusará de crear problemas donde nos los había, de desmantelar el sistema educativo y sanitario, de haber cabreado a todos los sectores sin distinción y presentará al president Bauzá como el demonio con cuernos y rabo, que ha consentido que nuestra comunidad autónoma se vea sometida a los dictados de Madrid, sin que se le plante cara.

Al terminar el debate Balears seguirá estando igual que antes, con sus mismos problemas y necesidades; sin que se atisbe ningún propósito de enmienda, capaz de iluminar un halo de esperanza. De lo que se trata no es de construir, sino de destruir. De lo que se trata es de no ofrecer tregua, por parte de la oposición, a la delicada situación de la sanidad, la educación y el casi desaparecido tejido industrial. De lo que se trata es de imponer la mayoría absoluta. En definitiva, de lo que se trata es de destruir al adversario.

Y así, al finalizar el debate vendrán las valoraciones de los portavoces; y en esto las crónicas ya están escritas. Mabel Cabrer, portavoz del PP, dirá que el president ha hecho un discurso serio, riguroso, pegado a la realidad y con propuestas de gran carga social y económica, ofreciendo dialogo y acuerdo a la oposición. Francina Amergol, portavoz del PSOE, dirá que el president vive en otro país. Que su discurso es un discurso vacio, de autocomplacencia, falto de propuestas e iniciativas, olvidándose de los más necesitados y de los que sufren, y que la oferta de diálogo y de acuerdo es un brindis al sol, carente de la más absoluto credibilidad. El señor Barceló, portavoz de MÉS, coincidirá con el PSOE, si bien pondrá su acento en el ataque al catalán, la fractura social que provoca la desigualdad y el conflicto educativo, que en tres años se ha llevado a dos consellers por delante.

En resumen, el debate será más de lo mismo y sin visos de cambio por ninguna de las partes. Así las cosas no es extraño que Podemos se esté convirtiendo en el refugio de los que ven al actual "casta política" como llaman ellos a los políticos, como el tercer gran problema de preocupación de los ciudadanos, después del paro y la corrupción.

*Abogado