Las responsabilidades y las decisiones trascendentales vienen de arriba y cuentan con sobrado asesoramiento cualificado. En consecuencia, siguiendo el escalafón, no hay lugar a la imputación de actuaciones a quien está en un segundo o tercer plano. Esta línea de defensa no es nueva en Diego Torres. Se ha servido de ella, en distinto grado, desde que empezaron a pedirle cuentas por su actuación en Nóos, pero ahora la vuelve a usar con reiterada y mayor contundencia -87 folios- en el recurso en que pide el archivo de la causa por lo que respecta a él mismo y a su esposa, Ana Maria Tejeiro.

La Casa del Rey estaba al corriente de todo, con "un seguimiento exquisito y escrupuloso". Es la gran protección, la coraza que se enfunda Torres para dar por sentado que si hombres como el secretario de las infantas, Carlos García-Revenga, finalmente desimputado, sabían y supervisaban todo cuanto se cocia en Aizoon y Nóos, no queda margen para pensar que tan altos funcionarios dieran su placet a actuaciones que pudieran estar al margen de la ley.

El letrado del exsocio de Iñaki Urdangarin da incluso nuevas vueltas de tuerca porque llega a afirmar que en el supuesto, siempre desde el punto de vista de su patrocinado, de que los hechos que se le imputan, por parte del juez Castro en su auto de conclusiones, puedan sustanciarse, en ningún caso son constitutivos de delito penal.

El extenso recurso presentado ayer da para mucho, sobre todo para reiterar un único argumento desde todos los vértices posibles, pero también para establecer una gran diferencia entre Cristina de Borbón y Ana María Tejeiro. No es otro que el de la participación compartida con su esposo de la duquesa de Palma en el accionariado de Aizoon mientras que la esposa de Torres ni siquiera se sentaba en la mesa de decisiones de una entidad, formalmente sin ánimo de lucro, como el instituto Nóos. Abunda todavía otra idea matriz sobre todo el contenido del recurso presentado por Torres. Es la negación de experiencia y posibilidad en el ámbito de los negocios para que Iñaki Urdangarin emprendiera por si solo iniciativas mercantiles. Es otro forma de apuntar hacia arriba y de dirigir las responsabilidades, no sólo a la Casa del Rey, sino a la misma Familia Real. Ahora lo hace a través de recurso formal, pero antes se había servido de este sistema mediante la reproducción y difusión de correos electrónicos y otros documentos.

Torres no aporta novedad, reafirma contundencia y cuida, una vez más, de aislar de la trama a su esposa. Ya lo hizo la semana pasada divulgando un escrito con 71 razones con las que se esforzaba en demostrar que su cónyuge permanecía al margen de Aizoon y Nóos. Los recursos van acumulándose pero no aparecen nuevos argumentos sustanciales, lo cual significará mayor trabajo de precisión para la Audiencia Provincial a la hora de resolverlos. No cambian los hechos expuestos, sólo se incide en la interpretación particular de cada parte.