Ofrecemos en rigurosa exclusiva algunas propuestas de la Junta Hotelera de Mallorca, dentro de su Plan de Productividad y Tentetieso bajo el lema "No te preguntes qué puede hacer tu hotelero por tu país, sino qué puedes hacer tú por tu hotelero":

Los sueldos no solo subirán un tres por ciento, sino que serán sorteados entre los trabajadores. Cada mes serán premiados con la paga diez empleados de cada cien, un porcentaje muy superior al que ofrece la Lotería Nacional. El trabajador comprará los boletos que le permitirán aspirar a un sueldo. La emoción del sorteo estimulará la competitividad laboral, según se ha demostrado en Sudán y Birmania.

En contra de lo divulgado por la prensa canallesca y por Podemos, los trabajadores podrán seguir comiendo gratis en el hotel, la comida que lleven de sus domicilios.

Los contenedores de basura situados junto a los hoteles contabilizarán como habitaciones con vistas del establecimiento. Serán de la categoría todo incluido, dada la cantidad de nutrientes del recinto, si bien se limitará la ocupación a dos adultos.

Como medida de apoyo al empleo, los hijos de los trabajadores podrán ser contratados como aprendices a partir de los ocho años de edad. Su jornada estará limitada a un máximo de doce horas diarias. No percibirán remuneración alguna, para compensar el ahorro de los empleados en cuidados caseros para su prole.

Los hoteleros heredarán sin pagar impuesto de sucesiones. En otra falsedad interesada, se difundió que esta inmunidad fiscal afectará a su patrimonio personal. En realidad, un hotelero podrá transmitir, vivo o muerto, cualquier bien de Mallorca con independencia de su propiedad anterior.

Los hoteleros asumen la inspección de sus establecimientos, una competencia que nunca ha ejercido el Govern. La privatización de esta tarea supondrá un ahorro considerable para las arcas públicas.

Dada la importancia vital del motor de la economía, se expulsará de Mallorca a quien critique a la industria turística en general, o a los hoteleros en particular. Adiós.