Vivimos en un país más pendiente de la "microrrotura muscular en el bíceps femoral del muslo derecho" de Diego Costa que de la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba tras perder 2,5 millones de votos, en un gesto novedoso en estos lares y que yo aplaudo. Tampoco Costa debió tratar de jugar diez minutos contra el Barça y otros diez contra el Madrid en Lisboa, donde dejó al equipo sin recambios para el arreón final de los que se hicieron con la Décima y ya miran por el retrovisor a sus lejanos seguidores. Costa no lo hizo y cuando escribo es duda para Brasil. Reclamo el derecho a decidir para sacar en procesión algún muslo incorrupto que tengamos por ahí.

El PSOE ha convocado un congreso extraordinario y duda si a dejar en manos del aparato del partido el nombre del sucesor o hacer un congreso abierto. Me temo lo peor y se equivocarán si creen que esto lo arreglan los de siempre a puerta cerrada. En el PSOE hacen falta ventanas abiertas por las que entre aire fresco que permita conectar con las preocupaciones de los ciudadanos normales y si no lo hacen seguirán sin rumbo y perdiendo votos a chorros. El que el congreso se haya convocado el 19 de julio demuestra que el partido no ha perdido totalmente contacto con la calle, como muchos dicen, porque es justo después de que acabe el Mundial de fútbol, que es lo que de verdad nos importa. Hábil maniobra.

Que nadie diga que las elecciones europeas no sirven para nada pues han provocado grandes cambios en Bruselas y en los diferentes países de la UE. En España no han acabado con el bipartidismo sino con las mayorías absolutas y quizás, con mucha suerte, con el ensimismamiento de unos partidos convertidos en estructuras de poder más atentos a sus intereses que a los de la ciudadanía a la que dicen representar. De ahí el fenómeno del populismo de izquierdas de Podemos que tan nerviosos pone a PSOE e Izquierda Unida. También se equivocaría el PP si se cree que no ha pasado nada porque el gobierno ha ganado las elecciones a pesar de la crisis. Es un triunfo engañoso porque el PP ha perdido otros 2,5 millones de votos y eso exige medidas drásticas, algo que a Rajoy, gallego él, no se le da bien. Ya sé que estas elecciones no son extrapolables pues tienden al voto de castigo mientras en las nacionales prima el voto útil. Alejado el fantasma de otra mayoría absoluta que a mi juicio es nefasta, los españoles tendremos que vivir pronto con un parlamento atomizado y aprender de los italianos a hacer coaliciones, algo que exige dialogar y para lo que no ayudan las arrogancias habituales por estos pagos.

El otro día leí que cuando las crisis se enfrentan con ciertas recetas económicas "provocan que la democracia se vuelva contra la democracia". Me parece acertado y si no se lo creen piensen en 1933 o miren a Francia y Dinamarca, o al 10% de los votos obtenidos en Grecia por los neofascistas de Amanecer Dorado. Solo así se explica el crecimiento de partidos que pretenden dinamitar las estructuras en las que luchan por entrar. El Consejo europeo deberá tener en cuenta los resultados electorales en el encaje de bolillos que ahora comienza con el reparto de puestos en la presidencia de la Comisión, del propio Consejo, de la diplomacia y del eurogrupo. Las negociaciones durarán muchas semanas y de ellas dependerá la necesaria reorientación política de una Unión Europea que tiene que devolver a la ciudadanía la ilusión perdida por un proyecto común. Parece que se perfila un frente italo-francés ante la austera Europa alemana que padecemos. ¿Dónde está España?

La democracia es mucho más que votar aunque sin elecciones no pueda haberla, y estos días han sido pródigos en procesos electorales: en la India, donde votan 300 millones, se ha elegido a Narendra Modi, un nacionalista que asusta a muchos aunque haya comenzado bien invitando a su tradicional enemigo pakistano a su toma de posesión; en Colombia, Zulueta obliga a Santos a una segunda vuelta que pone en peligro la difícil negociación con las FARC para acabar con un conflicto que ninguna de las dos partes puede ganar pero que a muchos repugna que termine sin castigos; en Ucrania no han podido votar en las zonas prorrusas del Este del país y han elegido presidente a Poroshenko (me admira que alguien quiera presidir Ucrania), un magnate del chocolate que tendrá que aplicar recetas muy amargas para acabar con una crisis que puede acabar con el país; Egipto vuelve con Sisi a los militares del estilo Nasser, Sadat y Mubarak por la cómoda vía de ilegalizar a la oposición y con la bendición americana en forma de apoyo militar; y en Tailandia... allí los militares han derrocado directamente al Gobierno sin molestarse en hacer una parodia de democracia como en Egipto.

Pero nosotros vamos a entretenernos con los mundiales que es lo que de verdad nos importa y se explica, pues a fin de cuentas nadie nos va a dejar intervenir ni en la renovación del PSOE ni en la eventual reflexión interna del PP o de la Unión Europea, si es que las hay. ¿Sanará a tiempo el bíceps femoral de Costa? ¡Si al menos nos dejaran meter pluma en la alineación se acabaría con la abstención!