La Audiencia rechaza el recurso de súplica y detecta "peligrosidad" en el comportamiento y la acumulación de condenas de un expresident que sólo puede aferrarse ya al indulto y al Constitucional para evitar la cárcel

No hay peor diagnóstico posible para quien ha ejercido la responsabilidad pública que el emitido ayer por la Audiencia Provincial de Palma sobre Jaume Matas. En medios políticos y judiciales no se concedía ningún crédito a la posibilidad de prosperar al recurso presentado por el expresident ante su condena a nueve meses de prisión por tráfico de influencias con la contratación del periodista Antonio Alemany. Cabe presumir que la opinión publica, en general, tampoco hubiera asimilado un cambio en los términos de la condena confirmada por el Tribunal Supremo. La única sorpresa, de haberla, puede estar sólo en los contundentes y claros fundamentos esgrimidos por la Audiencia para desnudar el talante, el comportamiento y las decisiones tomadas por Jaume Matas.

Decirle a uno, con razonamientos jurídicos, que se está convirtiendo en "peligroso" por acumulación de condenas y que ha hecho lo peor de cuánto podía realizar en el desempeño de la función pública, es para paralizar y deprimir a cualquiera. Excepto a Jaume Matas. El expresident se tapa los oídos cuando la Audiencia le lee la cartilla y saca al balcón sus trapos sucios. A medida que se le cierran puertas y posibilidades, el condenado refresca sus tiempos de ministro de Medio Ambiente y se va a llorar a instancias superiores por si acaso las lágrimas fueran ecológicas -escasa posibilidad- para restituir la inmunidad o bien oxidar, ante su presencia, los cerrojos de la cárcel de Palma.

Jaume Matas traspasa sus problemas, su condena, a Alberto Ruiz Gallardón y a Mariano Rajoy. Queda en manos de su facultad de otorgar medidas de gracia, pero el Gobierno, salpicado por los asuntos Gürtel y Bárcenas, entre otras instrucciones judiciales, deberá valorar qué puede perder y si en algo le puede debilitar la concesión de un indulto a Jaume Matas. Posibilidad de obtener beneficio para la imagen del Ejecutivo Rajoy, ninguna.

Desde luego, si el Gobierno hace caso al trámite preceptivo, pero no vinculante, de oír los argumentos de la Audiencia Provincial, el indulto tiene nulas posibilidades de prosperar. Por eso el expresident Jaume Matas que quiere evitar la cárcel a toda costa también está explotando la vía del Tribunal Constitucional.

La Audiencia ha resuelto que lo hecho por el expresident que pretendía intercambiar privación de libertad por multa y que sigue sin contemplar la confesión, la disculpa o la reparación del daño "pervierte todos los valores constitucionales y legales" al tiempo de que se percata de que, con la segunda condena por el contrato laboral falso a su mujer y el resto de causas judiciales en curso que le afectan, aumenta la "peligrosidad" de Matas, cuya gravedad de los delitos que se le imputan "viene determinada por el hecho de haberlos cometidos ocupando la más alta autoridad de Balears. Se puntualiza también que todo se desvirtualiza "en función de la pacificación, si se sabe que se tienen la posibilidades de incumplir la pena" confirmada.