Transcurridas dos semanas desde su inicio, la huelga de la Enseñanza sigue con toda su virulencia y por tanto, con una tensión y un perjuicio creciente para todas las partes implicadas, profesores, padres, alumnos y una Administración sujeta a un grave desgaste por su insolvencia para resolver o reconducir el conflicto.

De forma independiente a las afinidades que se puedan tener con la causa que la ha motivado o de la coherencia de la misma, dos semanas de huelga en las aulas, aún con el considerable grado de implicación y comprensión social que está teniendo, se vuelven insostenibles. Los colegios no pueden esperar ni un solo día más para emprender las clases del curso 2013-2014 con normalidad. Es responsabilidad por igual de los docentes y del Govern entenderlo así y actuar en consecuencia.

Hay que dar un paso adelante en firme hacia una voluntad negociadora que, de momento, no ha quedado demostrado de forma suficiente. Es una demanda que parece clamar desde la base social y que han personificado los representantes de las más altas instancias de las islas, desde el rector de la Universitat al obispo de Mallorca. También significativos alcaldes del PP, un partido que esta misma semana ha visto cómo su cohesión interna, pese a los esfuerzos de la dirección para evitarlo, se resquebrajaba a causa de la huelga y del empeño del Govern por aplicar el Tratamiento Integral de Lenguas (TIL) de forma precipitada y sin medios adecuados. El presidente del PP de Mallorca y alcalde de Binissalem, Jeroni Salom, reconocía el viernes que su partido ha pecado de inflexibilidad, arrogancia y dureza. Es el momento de abrir puertas a la solución, sea permitiendo la aplicación del TIL de forma progresiva y voluntaria, o con otras alternativas, que siempre aparecen cuando los gobernantes quieren. No obstante, la cesión para poder desbloquear el conflicto debe producirse desde las dos partes, tanto por el lado de los sindicatos y la Asamblea de Docentes como del Govern. Para ello se requiere una voluntad de entendimiento que, admitámoslo, a día de hoy, pese a los amagos y a las escenificaciones, no está suficientemente demostrada. La premura, la urgencia, es abrir las aulas con el profesor presente y a partir de ahí seguir hablando y negociando todo lo que haga falta para que la iniciativa del TIL no acabe estrellándose de forma definitiva y pueda ser aplicada con garantía y calidad educativa.

Para hoy domingo está convocada en Palma una gran manifestación de protesta, no sólo contra la actual concepción del TIL en particular, sino contra la política educativa que se empeña en aplicar el Govern. Esta acción de protesta, en la forma en que se ha ido estructurando y creciendo, se ha convertido en uno de los principales condicionantes para enquistar la situación actual.

Se presume „incluso lo han reconocido en estos términos portavoces significativos del PP„ que la manifestación de hoy será relevante en la historia democrática de Balears. Dado que la acción es imparable y que sería contraproducente cualquier intento de reducirla o instrumentalizarla, lo importante ahora es saber aprovechar y canalizar su potencial. Debe haber un antes y un después de la manifestación, una marcha que, necesariamente, debe desembocar en hallar alternativas para resolver la huelga y en la capacidad de aprovechar, en sentido positivo y participativo, el alto grado de implicación social que ha generado la actual problemática educativa.