Interoperabilidad: una fea palabra que puede ser clave para evitar que el gigante de la distribución por internet Amazon extienda aún más su dominio en el sector del libro digital y acabe con las librerías de la vieja Europa como está haciendo ya en Estados Unidos. El problema es que actualmente quien dispone de un lector Kindle „el dispositivo de Amazon„ sólo puede leer los libros que le vende esa misma empresa.

La interoperabilidad permitiría por el contrario comprar el libro electrónico a cualquier librero y leerlo en el dispositivo que fuera, algo posible técnicamente y que sólo requiere voluntad política. El semanario alemán Die Zeit se muestra, sin embargo, muy escéptico sobre la voluntad real de la Comisión Europea de llegar a una solución de ese tipo, que considera, sin embargo, vital para la propia supervivencia de las librerías tradicionales.

La Asociación Europea de Libreros entregó a la comisión un estudio sobre la viabilidad técnica del proyecto, pero hasta ahora no parece que haya ocurrido gran cosa. El Parlamento europeo se ha ocupado mientras tanto del asunto, y así el eurodiputado alemán Klaus-Heiner Lehne, integrante de la Comisión de Asuntos Legales, ha acusado a la comisión de pasividad en un tema que está llevando a la rápida desaparición de las librerías en muchas ciudades europeas.

El cristianodemócrata Lehne quiere incluirlo en el orden del día de la primera comparecencia de la nueva comisión. Pero el gremio de libreros de Alemania no se resigna a esperar y pretende obligar a Amazon a abrirse a la competencia ya que, según un estudio, el gigante norteamericano controlaba el año pasado un 43% del mercado del libro electrónico de ese país.

Amazon, que controla ya un 75% del mercado de la venta por internet de libros impresos, lleva a cabo una política fuertemente agresiva en el sector del libro electrónico hasta el punto de ofrecer veinte libros de edición propia por sólo dos euros. En Estados Unidos, tras haber contribuido a la quiebra de la cadena de librerías Borders, Amazon amenaza ahora la supervivencia de otra gran cadena, Barnes & Noble, que se ha retirado del negocio de las tabletas al no poder hacer frente a la competencia conjunta del Kindle de Amazon y del iPad de Apple.

En Europa, la única batalla que han ganado de momento los libreros es la de haber convencido a la Comisión para obligar por ley a Amazon a pagar el IVA a partir de 2015 en los lugares en los que realiza su negocio y no en Luxemburgo, donde tiene su sede comercial y el impuesto es sólo del 3%. Mientras tanto nos enteramos de que, gracias a su colosal fortuna, el propietario de Amazon, Jeff Bezos, ha hecho una incursión en el mundo de los medios de comunicación comprando una mítica cabecera, The Washington Post.