Una de las principales y constantes características del enrevesado caso Nóos es el hecho de que, siempre que parece estar a punto de cerrarse su fase de instrucción, surgen nuevas vías de investigación y, en consecuencia, nuevas actuaciones judiciales con fines clarificadores. La condición de los imputados y de las personas vinculadas a ellos no aligera, ni mucho menos, este proceso. Más bien todo lo contrario. También el excesivo celo protector del entorno de la Casa Real parece acabar siendo contraproducentes tanto para la institución monárquica como para sus miembros. Visto el punto que han alcanzado las cosas, podemos dar por sentado que todo permanecerá por el estilo hasta que no se logre clarificar con contundencia el enrevesado. En ello estamos o por lo menos sigue estando el juez Castro.

Cristina de Borbón se va a Suiza, donde sus hijos ya empezarán el curso escolar, para gestionar las relaciones de la Fundación la Caixa con agencias de Naciones Unidas con sede en Ginebra. Su marido, Iñaki Urdangarin, se queda en Barcelona para seguir de cerca la evolución del caso Nóos. Aún con la tutela del ministerio Fiscal y de la Abogacía del Estado, no le está resultando tan fácil como esperaba, desvincularse de la causa que la ha mantenido al borde de la imputación formal.

Incluso el mismo día en que el Rey inicia su agenda veraniega de actos oficiales en Mallorca, su hija le supera en peso específico de protagonismo informativo. Contra su voluntad. Pero esta es la estricta realidad.

El Tribunal Superior de Justicia de Balears informó ayer de que el juez instructor del caso Nóos se ha dirigido a la Agencia Tributaria solicitando información sobre las operaciones a terceros en los que haya podido intervenir Cristina de Borbón. La medida del instructor deja claro que no da por finalizada la investigación sobre el presunto delito fiscal y de blanqueo de capitales a los que pueda permanecer vinculada la infanta. En concreto, se viene a pedir información sobre las operaciones realizadas a su nombre por un importe superior a los tres mil euros, lo cual implica saber, con toda probabilidad, cómo se gestiono la adquisición y remodelación de la lujosa residencia de los duques de Palma en Pedralbes, en Barcelona. Por lo que respecta a la Infanta, la información que vierta esta vez la Agencia Tributaria cabe presumirse como definitivamente esclarecedora porque, después del desaguisado y la sucesión de errores cometidos, reconocidos y poco aclarados de sus actuaciones patrimoniales, Hacienda no está en disposición de emitir nuevas ambigüedades ni de recibir informes devueltos por confusión. La directora de la Agencia Tributaria ya ha dimitido una vez por esta causa.

Quien parece que, al menos en cuanto a responsabilidad personal, está a punto de librase de la carga de Nóos, es el secretario de las infantas Carlos García Revenga. El juez pide a las partes que se pronuncien sobre el sobreseimiento de su imputación. También a cerca de algunas actuaciones pedidas por Jaume Matas, no incorpora los últimos correos de Diego Torres y sí uno del alcalde de Castelldefels. Queda caso Nóos, todavía.