Si Mallorca es casi un länder germano, si las islas están mejor comunicadas con Munich que Madrid y si el 30% -2,8 millones- del total de turistas que el año pasado visitaron las islas procedían de Alemania, debe resultar hasta natural, en el mundo artificial de la política y la presión urbanística, que las disputas sobre la materia se trasladen a este país. Cada uno acaba reconociendo sus propios referentes y su capital. Pero, aun con ello, sigue habiendo sorpresas.

El GOB acaba de dar un salto adelante cualitativo pillando desprevenido a un sector considerable de la sociedad y a un Govern que, al verse superado, no ha sabido disimular su irritación mayúscula. En una primera reacción desmesurada, el Ejecutivo Bauzá, independientemente de los valores y los conceptos de cada uno en materia ecológica, se ha atrevido incluso a zarandear los parámetros de la libertad de expresión.

Acostumbrado como está a observarlos en es Trenc, el Govern se topa ahora a los ecologistas nada menos que en la ITB, la feria internacional de turismo de Berlín. El GOB mantiene capacidad de reacción y sorpresa, sentido práctico y sigue gozando de padrinos influyentes de reconocido prestigio. Ha llegado al importante enclave germano con equipaje avalado por Miquel Barceló. Un montaje audiovisual da cuerpo a la campaña Mallorca Blanckon, en la que, entre otras cosas, se ve al reconocido artista de Felanitx salpicar de puntos negros, hasta la oscuridad total, el mapa de la isla. La campaña incorpora una página web en inglés y alemán que pretende informar a la sociedad alemana en general y a empresarios y touroperadores en particular, de las políticas desarrollistas del Govern. Lo hace en tres vertientes, la destrucción territorial, la importación de basuras ahora suspendida y la desprotección de áreas naturales. Al final, si uno quiere, puede utilizar la misma web para dirigir una misiva al president Bauzá y pedirle que modifique su gestión urbanística.

El Govern no tenía previsto toparse con el GOB en Berlín. Sólo pensaba hablar con touroperadores y similares. Los trapos sucios ya no pueden lavarse en casa. Los ecologistas han ido, a conciencia, a hurgar donde más duele. También, en consecuencia, al lugar que puede instar la curación efectiva. El PP se ha apresurado a tildar de "campaña mentirosa" al material audiovisual que el GOB destapa en Alemania y ha reclamado "herramientas jurídicas" para frenar la iniciativa. Para el conseller Delgado es "una irresponsabilidad" porque implica "jugar con el pan de los ciudadanos".

Dependerá, en todo caso, de la óptica y de los valores de cada uno. O de la grandeza de miras y de la previsión y visión de futuro. Si en una reacción inmediata se puede pensar que, sin trabajo ni ánimo económico, nuevos hoteles en zonas sensibles ahora protegidas, son el remedio inmediato, también habrá que contemplar su potencial efecto irreversible de cara al futuro cuando el turismo tiende a valorar el ecologismo y la conservación del paisaje natural. En Alemania saben de eso. Es la causa por la cual el GOB se va a hacer proselitismo allí y por la cual le ha dolido tanto al Govern.