El espejo, uno de los inventos más antiguos de la humanidad, apenas había envejecido hasta la popularización de la cámara fotográfica. Hoy un niño de dos años ya sabe autofotografiarse y hasta autofilmarse con el iPhone o la tableta de sus padres. En la antigüedad (o sea, ayer), cuando el niño descubría el espejo no salía de él. A veces no salía de forma literal, como en el caso de Alicia, fascinada por ese mundo en el que todo lo que estaba a la derecha queda a la izquierda y viceversa. Recuerdo haber pasado horas frente al espejo del armario de tres cuerpos del dormitorio de mis padres, vigilando si mi imagen se retiraba al tiempo que lo hacía yo, reproduciendo anticipadamente ese juego magistral de los hermanos Marx frente al marco de una puerta que evocaba el de un espejo.

Ayer, mientras apuraba en un bar el gin tonic de media tarde, un niño y una niña se sacaban fotos y vídeos con los móviles de sus madres, enfrascadas en una curiosa conversación sobre el suicidio.

-Parece que el Gobierno va a poner en marcha un plan de prevención contra el suicidio -decía una.

-Contra el desahucio, querrás decir -corregía la otra.

-No, no, contra el suicidio, sobre todo contra el suicidio provocado por el desahucio.

-Curiosa iniciativa en un país que está a punto del suicidio colectivo.

Me pregunté entonces si un país entero se puede suicidar y me respondí que sí, sin duda. Ahí tienen a Grecia, que lleva meses disparándose en la sien. Nosotros mismos hemos entrado en una espiral de austeridad que, tal como acaba de confirmar la Comisión Europea, lleva a la muerte.

Viendo a los niños jugar con los móviles, que en realidad son espejos de tecnología punta, me vino a la memoria Larra, que se pegó un tiro frente al espejo. Una muerte curiosa, ya que no te da tiempo a comprobar si la imagen virtual permanece en pie cuando la analógica se desploma. Aquí nos estamos suicidando colectivamente sin dejar de contemplarnos en los griegos, que han devenido en un espejo antiguo, como de cornucopia. Y mientras nos suicidamos, los niños juegan con nuestros móviles de última generación.